Del 30 de noviembre al 4 de diciembre de 2020 se realizó la 95ª Reunión Anual de la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT). Esta es una Organización Regional de Ordenamiento Pesquero (OROP), conformada por 21 Estados de las Américas, Asia y Europa. Su finalidad es proteger toda clase de atunes y especies afines encontradas en el Océano Pacífico Oriental (OPO), para mantener así sus poblaciones en niveles de abundancia que permitan su conservación y aprovechamiento sostenible.

En esta sesión, Colombia fue el único país que presentó, en los tiempos definidos por el reglamento, una propuesta para fortalecer las medidas de conservación y sostenibilidad de las poblaciones de atunes tropicales; especialmente para proteger atunes en estadios juveniles y demás especies afines a esta pesquería, muchas de ellas en peligro por la pesca incidental y con un potencial aumento de riesgo cuando se utilizan técnicas como los lances sobre plantados o dispositivos agregadores de peces, sin las medidas apropiadas de manejo.

La propuesta de Colombia presenta un plan de manejo a tres años que busca reducir el número de plantados1 máximos por categoría de buque, limitar la reactivación y desactivación remota de los plantados y exigir que todos los países entreguen la información de sus boyas de plantados sin procesar, lo cual es fundamental para el análisis del estado real de las pesquerías por parte del personal científico de la Comisión. Esta propuesta responde directamente a las recomendaciones del personal de la CIAT, del Comité Científico Asesor (CCA) en los años 2018, 2019 y 2020, y del Grupo de Trabajo sobre Plantados. Estas recomendaciones fueron aceptadas por todas las delegaciones de los Estados miembros.

La ciencia ha demostrado, en los últimos años, un aumento constante en la siembra de plantados, la cual pasó de 16.000 en 2016 a más de 25.000 en 2019. Este aumento en el uso de dispositivos agregadores va acompañado de un incremento en el número de lances y capturas de peces en estadios juveniles y fauna incidental, como tiburones, tortugas y rayas; además del potencial aumento de la basura marina, como efecto colateral del uso de plantados. Todos estos indicadores evidencian que las poblaciones de peces y el océano están bajo una continua presión que no es sostenible en el tiempo.

Así mismo, la propuesta de Colombia representa una continuación de las propuestas lideradas por Colombia en 2017, relacionadas con la adopción de las medidas trienales de conservación para atunes tropicales (Resolución C-17-02, actualmente vigente); que, aunque en su momento fueron un avance significativo, no han resultado ser lo suficientemente efectivas.

Colombia agradece la disposición de varios países de discutir la propuesta y sugerir aportes para facilitar un consenso. Sin embargo, lamenta la posición de países con grandes flotas pesqueras de no considerar la propuesta e insistir en mantener el statu quo, el cual ha probado ser insuficiente para la conservación de los túnidos tropicales.

Conforme con su compromiso frente al Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 (“Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos”) y lamentando los resultados de la 95 Reunión Anual de la CIAT, así como la información inexacta publicada en algunas fuentes informativas, el gobierno de Colombia desea presentar las siguientes aclaraciones:

En la CIAT Colombia ha demostrado su compromiso inquebrantable por fortalecer las disposiciones sobre pesca sostenible para la mejor administración y ordenación de las poblaciones de túnidos tropicales y ha sido líder en la búsqueda de una regulación eficiente para la pesca sobre plantados. Contrario a lo expresado por algunos medios, en la 95ª Reunión Anual no hubo ruptura de consenso, por cuanto quedó consignado en el acta de la sesión final que hubo al menos dos opciones en discusión: 1) Una sesión extraordinaria para considerar la aplicación de medidas de conservación adicionales a las de la Resolución C-17-02; y 2) la extensión de la medida de conservación actual (C-17-02) por un año más, sin ninguna mejora ni ajuste. En este sentido, tampoco es preciso señalar que esta haya sido la primera vez que no se alcanza consenso al interior de la CIAT, cuando en las reuniones anuales de 2006, 2009 y 2016, no hubo consenso, como está registrado en los documentos respectivos.

Si bien Colombia fue el único país que para la última reunión presentó una propuesta dentro de los plazos establecidos en la normatividad de la CIAT, tras encontrar puntos en común frente a una sugerencia de la UE, se decidió presentar una nueva propuesta conjunta para facilitar el consenso. Sin embargo, ésta fue objetada por un par de delegaciones. 

Así mismo, en un espíritu conciliador y con el ánimo de lograr el consenso, en repetidas oportunidades Colombia solicitó a las demás delegaciones referirse a los elementos puntuales de la propuesta que consideraran inconvenientes, para tener claridad sobre sus dificultades y buscar alternativas a fin de robustecer las medidas planteadas. 
Acogiendo el sentir de varias delegaciones, Colombia enmendó su propuesta, ajustó el tiempo de aplicación de las medidas, cediendo de una medida trienal como inicialmente se propuso, a una anual para la vigencia 2021, e incluyendo una propuesta de Japón, en la cual se solicitaba a la Comisión considerar medidas adicionales relacionadas con el número de lances sobre plantados. Como ocurrió previamente, varios Estados manifestaron su apoyo, pero otras delegaciones prefirieron mantener el statu quo.

Si bien el personal científico de la CIAT expresó claramente que para la próxima reunión no se contaría con información adicional o diferente a la ya presentada, las delegaciones que objetaron la inclusión de nuevas medidas insistieron en aplazarlas hasta la siguiente reunión anual, como ocurrió en los últimos años, evidenciando de nuevo la falta de interés político en avanzar en las acciones de sostenibilidad de las poblaciones de atunes tropicales. 

Como ocurrió en 2017 cuando se acordaron las medidas de conservación en una reunión extraordinaria de la Comisión, Colombia está siempre dispuesta a evaluar las propuestas y a considerar planteamientos alternativos, esperando que, bajo actos de reciprocidad de las partes, se evidencie la voluntad de consensuar la inclusión de algunas medidas complementarias y no mantener una posición cerrada a la negociación, sin avanzar frente a las medidas existentes.

Nuestro país reafirma la necesidad de realizar una reunión extraordinaria de la Comisión; tal y como lo propuso la delegación de Japón -con apoyo de Colombia y otros Estados- durante el último día de la reunión. Además, estamos de acuerdo con realizarla antes de finalizar el año 2020, como lo han expresado ya algunas delegaciones. 

Por lo tanto, Colombia hace un nuevo llamado a la reflexión para avanzar en el manejo sostenible de las poblaciones de atunes tropicales, estableciendo medidas de conservación más robustas que acojan, al menos parcialmente, las recomendaciones basadas en la evidencia científica que ha sugerido el personal de la Comisión. 

Por último, a pesar de la incomprensible falta de compromiso con la sostenibilidad ambiental de la pesquería, de parte de algunas delegaciones, Colombia reitera el llamado que hizo durante la 95 Reunión Anual de la CIAT a que los Estados que puedan hacerlo apliquen las recomendaciones del CCA tanto como les sea posible. Nuestro país reafirma este compromiso indeclinable con la conservación de las poblaciones de atunes tropicales e invita a los demás Estados miembros a hacer lo propio para que puedan demostrar, con hechos, que tienen voluntad de mejorar la sostenibilidad de las especies de atunes tropicales.

Para dar muestra de su compromiso, Colombia promulgará una resolución nacional de aplicación inmediata en ese sentido. Además, como una invitación abierta, propondrá una declaración en el marco de la CIAT para que los demás Estados adopten también medidas adicionales de conservación voluntarias, que fortalezcan lo ya definido en la actual Resolución C-17-02.

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