En el transcurso del mencionado evento, sus participantes que pertenecían a más de 70 países diferentes, fueron los que, dentro del marco de los diversos programas que patrocina y apoya la ONU, instauraron los principios de lo que desde entonces se entiende como educación ambiental. Así nació la Carta de Belgrado.
En dicha carta se explicitaron los objetivos y las reivindicaciones que deberían definir a la educación ambiental haciendo especial hincapié en la necesidad de formar a la población del mundo entero, para que sea consciente de qué es el medio ambiente y cuáles son los problemas que le afectan, de modo que cada individuo se involucre personal y colectivamente para prevenir más dificultades y solucionar o paliar los problemas preexistentes.
¿Por qué es tan importante la formación ambiental?
A día de hoy la educación ambiental, más que necesaria resulta imprescindible, puesto que es la herramienta ideal para informar, concienciar, motivar y dar pautas y herramientas útiles a las generaciones actuales y a las que vendrán, para dar solución a los problemas medioambientales presentes y futuros.
Mediante la formación ambiental las personas pueden explorar y entender las problemáticas del medio ambiente y tienen la oportunidad de dejar de ser parte del problema para convertirse en brazo ejecutor de las soluciones, puesto que el conocimiento es fundamental para tomar medidas orientadas a sumar, en vez de restar, medioambientalmente hablando.
El resultado es que se logra que las nuevas generaciones tengan un grado de comprensión y conocimientos de los problemas que afectan al medioambiente mas profundo y se involucran en la búsqueda de soluciones con mucho más empeño, decisión y recursos, lo que resulta vital para que los errores del pasado no vuelvan a cometerse.
Los individuos formados en educación ambiental desarrollan una profunda e importante comprensión de la problemática ambiental y son capaces de analizar sus causas y efectos, aplicando sus conocimientos, las nuevas tecnologías y los métodos más innovadores, por lo que, las decisiones que toman acaban siendo tan responsables como eficaces.
¿Cuándo debe comenzar la formación ambiental?
Sin duda alguna la formación ambiental debería ser parte esencial de la vida de todo ser humano, desde su más tierna infancia. Valorar y proteger el entorno, cuidar y respetar a todos los demás seres vivos (no importa si son plantas o animales) o disfrutar del contacto con la naturaleza es el mejor de los comienzos. De hecho, este es uno de los pilares del Método de educación Montessori
A medida que crece se debe ir educando al individuo para que conozca sus deberes y responsabilidades respecto del cuidado y preservación del medio ambiente, en todos los órdenes de la vida y principalmente con ejemplos. De nada vale enseñar a los niños que deben reciclar, si los mayores de su entorno no predican con el ejemplo.
En cuanto a la orientación es fundamental no inducir a la defensa de un solo punto de vista, un tipo de acción o una única metodología de trabajo, sino que, una educación ambiental constructiva debe dar al educando la mayor cantidad de pautas posibles, enseñándole a ver la problemática desde diferentes ópticas y encontrando soluciones a través del pensamiento crítico.
Educación ambiental y empleos verdes
Es tan grande la problemática que afecta al medio ambiente en sus diferentes vertientes y tan amplio el espectro de posibilidades de solución y de emprendimientos positivos, que la formación ambiental también se ha convertido en una herramienta muy útil para aquellos que buscan afianzarse laboralmente.
Los nuevos trabajos verdes, así llamados porque se relacionan directamente con la búsqueda, generación e implementación de soluciones medioambientales, son aquellos que permitirán a las nuevas generaciones, participar activamente del proceso regenerativo que necesariamente debe ponerse en marcha para salvar al planeta.
El desarrollo, la planificación y la puesta en marcha de soluciones que potencien el empleo de las energías renovables, la nueva arquitectura e ingeniería basadas en la eficiencia energética y en la construcción ecológica, las mediciones de impactos ambientales de cada emprendimiento o la recuperación de las aguas, son algunos de los miles de puestos de trabajo verdes, requerirán de personal especializado.
La transición energética, la movilidad eléctrica, los procesos de producción sostenibles o la descarbonización de la generación de energía son algunas de las soluciones que se plantean, para minimizar los impactos de los seres humanos en el medio ambiente y conseguir detener los daños y revertir algunas de sus nefastas consecuencias.
Para ello será necesario que los futuros trabajadores reciban la mejor y una formación ambiental acorde. Si se les educa en el respeto al medioambiente y se les informa de los errores cometidos, para que pueda valorarlos y aprender de los mismos, el mundo se beneficiará, gracias a nuevas generaciones de profesionales realmente abocados a buscar soluciones.
Las nuevas generaciones de estudiantes se decantan cada vez más por la formación ambiental. Especialmente aquellos que han logrado comprender que, si bien el pasado no puede cambiarse, mejorar el presente y bregar por un futuro promisorio es tarea suya y que todo dependerá de cuánto logren recuperar y preservar el único planeta que por ahora podemos habitar.
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