Emilio J. López.- EFEverde.- Las icónicas palmeras que representan la imagen turística de Miami Beach (Florida) pueden estar en retirada con la iniciativa del ayuntamiento de la ciudad: reemplazarlas por árboles de sombra y reforestar las calles y parques de la urbe para reducir el calentamiento global.

De hecho, el arbolado público cuenta ya con más de mil nuevas canopias (conjunto verde de la planta) plantadas de las 5.000 previstas por el proyecto de reforestación a cinco años, con base en una financiación de cinco millones de dólares (4,2 millones de euros), según documentos oficiales a los que tuvo acceso EFE.

Árboles de sombra por palmeras

Según el extenso Plan Maestro de Silvicultura Urbana (UFMP) de Miami Beach, elaborado en 2020, el objetivo para los próximos 20 años es aumentar de 17 a 22 % el arbolado de sombra y “reducir y sustituir el número total de palmeras” en los espacios públicos.

De cumplirse el plan, este icono identitario y símbolo del turismo en Miami Beach pasaría del actual 57 % del arbolado a un 25 % en el año 2050, dijo a EFE Elizabeth Wheaton, directora del Departamento de Medioambiente y Sostenibilidad de esta ciudad.

Wheaton subrayó que el número de palmeras no debe superar el 25 % del arbolado y, en ese contexto, el UFMP aborda las “mejores prácticas de gestión” para la adaptación de árboles de sombra “resistentes a enfermedades o amenazas climáticas tales como el aumento del nivel del mar, la intrusión de agua salada y el aumento de las temperaturas”.

No será un “Palmagedón”

Pero no será un “Palmagedón”, una tala indiscriminada y el fin de estas esbeltas plantas. Los planes de la comisión del ayuntamiento contemplan el “traslado, retirada o reubicación” de 1.032 palmeras a zonas de playa, carreteras, parques públicos e incluso espacios verdes.

Si bien las palmeras continuarán siendo la “piedra angular” de las cinematográficas playas y calzadas de Miami Beach, “se incrementará la cantidad de árboles de sombra para hacer que nuestra ciudad sea más transitable y agradable”, consideró Wheaton.

El plan también obliga, agregó, a que al menos el 50 % de los árboles de sombra plantados en sustitución de las palmeras sean de “especies nativas tolerantes a la sal” marina, como el Sea Grape (Kino americano o Uvero de playa) y el Green Buttonwood (Mangle), o árboles en flor como la Royal Ponciana (Framboyán) o el Lignum Vitae (Guayacán).

Beneficios medioambientales

Enumeró la experta algunos de los beneficios ecológicos que aportará este renovado bosque urbano, entre otros la reducción del calentamiento atmosférico, la mejora de la calidad del aire, la absorción de agua de lluvia y de carbono y su emisión a la atmósfera como gas de efecto invernadero.

Y, por supuesto, el más grato a los aficionados a caminar o moverse en bicicleta por la ciudad: proporcionar protección contra el sol inclemente de Miami Beach en sus meses más calurosos.

En cuanto a las voces críticas con el plan de retirada masiva de palmeras, Wheaton insistió en que las palmeras “no desaparecerán, sino que se complementarán con la adición de árboles de sombra”.

“Una vez más -hizo hincapié- la eliminación de palmera y árboles sanos es el último recurso”.

No se trata de cargarse las palmeras, sino de “expandir la sombra de las canopias para mejorar la calidad de vida de la ciudad”.

El UFMP destaca que, si bien las palmeras son parte icónica del paisaje de Miami Beach, la denominada Arecaceae (la más común en la ciudad) supone el 55 % de toda la población de árboles, lo cual excede del 30 % recomendado, como apunta Wheaton.

“El gran número de palmeras no solo impacta en la diversidad de especies de la población de árboles de Florida, haciéndolos más vulnerables a las enfermedades y plagas, sino que afecta a la cantidad y tipo de beneficios que el bosque urbano puede proporcionar”, resalta el programa.

De acuerdo con una tabla comparativa, un roble en crecimiento proporciona, por ejemplo, “siete veces más beneficios anuales que las palmeras Sabal”, sin duda pintorescas, pero que brindan escasa o nula protección contra el sol.

Cambio climático, COVID-19 y “Spring Break”

En estos momentos, la ciudad insular de Miami Beach tiene 22 proyectos activos que implican la retirada de palmeras a fin de “maximizar los beneficios” de los nuevos árboles plantados y hacer ésta más habitable.

Este plan de reforestación coincide con la reciente publicación del libro escrito por Bill Gates “Cómo evitar un desastre climático”, en el que plasma sus más de diez años de investigación sobre este asunto.

Gates, experto en tecnología y líder empresarial que fundó Microsoft en 1975, alertó en una entrevista con el Miami Herald sobre el calentamiento global y su impacto en Miami, ejemplo de lo que podría ser una “catástrofe” del cambio climático.

“Habrá lugares cerca del océano que desaparecerán por completo por la subida del nivel del mar. Miami no se va a parecer para nada a lo que es hoy. Esas playas desaparecerán”, dijo Gates al citado medio.

Por ahora, las playas y paseos marítimos de Miami Beach con sus palmeras de estampa siguen siendo un reclamo muy poderoso, como seguramente comprobaremos este año en la celebración de “la fiesta de la primavera” (Spring Break). De nuevo, pese a las advertencias por la pandemia, los estudiantes abarrotarán estas playas como si nada ocurriese. EFEverde