- Nicholas Stern economista y académico británico aseguró que la protección de bosques y la restauración de suelos son políticas importantes para lograrlo.
- Según expertos, problemáticas medioambientales como la deforestación también deben ser atendidas desde iniciativas bioeconómicas que eviten que se destruyan ecosistemas.
- En Colombia, el transporte multimodal e implementación de automotores eléctricos son las estrategias que se han implementado desde el transporte para mitigar el cambio climático.
Barranquilla, 18 de marzo de 2021.- En el conversatorio Cambio Climático, que hizo parte del tercer día de la genda Circuito Colombia de la Asamblea 2021 del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) 2021, Nicholas Stern, economista y académico británico, afirmó que América Latina puede ser la parte del mundo que lidere en el desafío de hacer ciudades más limpias, sin que esto sea sinónimo de perder la funcionalidad de estos espacios. La protección de bosques, la restauración de suelos y la inversión en estos ámbitos serían la vía para lograrlo.
“América Latina puede ser líder en hacer nuestras ciudades más limpias y funcionales. También en proteger nuestro capital natural, invirtiendo en la tierra, restaurando suelos degradados, protegiendo nuestros bosques, reemplazándolos de manera natural. Existen tantas oportunidades para que América Latina lidere este nuevo enfoque hacia el crecimiento y desarrollo”, manifestó Stern.
No obstante, Stern advirtió que “el mundo no ha cambiado con la velocidad que esperábamos en los últimos 15 o 20 años”, razón por la cual indicó que hay una mayor urgencia para mantener la temperatura a niveles cercanos al actual.
Acciones en ColombiaÁngela María Orozco, ministra de Transporte, dio a conocer los avances del país hacia la búsqueda de un transporte cada vez más sostenible. En este sentido apuntó que el país cuenta con la flota más grande de vehículos de transporte público eléctrico, con un total de 1.159 automotores eléctricos, superando a territorios como Chile (776), México (369) y Brasil (349).
Orozco también recordó que “el fomentar proyectos intermodales a través del modo fluvial y del modo férreo son apuestas que van a la transición energética, ya que el transporte fluvial puede reducir hasta 61 % por tonelada de carga transportada y el transporte férreo puede llegar a 31 % de la reducción de gases de efecto invernadero. Es una estrategia integral, completa, que le apuesta a cumplir metas frente al cambio climático y a aumentar la competitividad del sector transporte en Colombia”.
La jefa de cartera indicó que entre las metas está llegar a 6.600 vehículos eléctricos en 2022 registrados en el RUNT y que esta cifra se expanda hasta las 600.000 unidades para 2030, gracias a algunos beneficios tributarios, como es el caso de que el impuesto vehicular no puede superar el 1 % del valor del carro, o beneficios de infraestructura, por medio de facilidades como parqueaderos exclusivos.
Apoyo financiero
En este sentido, Carlos Manuel Rodríguez, CEO del Fondo Mundial para el Medio Ambiente, organización que cuenta con financiamientos para ayudar a los países a implementar metas y objetivos en las diferentes convenciones ambientales, explicó que, sin duda, el cambio climático es un actor importante tanto en la mitigación como en la implementación del acuerdo de París.
“En este contexto, destinamos mil millones de dólares al año para ayudar a los países en la implementación de los acuerdos multilaterales, pero no es una suma alta en comparación a lo que es necesario invertir”, apuntó.
Asimismo se refirió a que los 500 millones de dólares al año que se invierten en conservación de la biodiversidad son solamente el 0,5% de los recursos financieros que se deberían movilizar en este aspecto. Por ello la importancia de la convergencia de los fondos internacionales para tener mayor coherencia e integración entre países que permitan lograr un impacto en la escala que se requiere. Entidades como el BID son claves.
Los objetivos internacionales de mejores ecosistemas son retadores y muestra de ello es lo expuesto por Mafalda Duarte, CEO de Fondos de Inversión en el Clima, quien recalcó que la proporción de energía renovable para 2040 debe ser de dos tercios del total de energía, pero que para lograr esto se debe trabajar en cómo mover lo generado por estas fuentes a las redes ya existentes.
Sin embargo, estos retos se convierten en oportunidades, de acuerdo con la perspectiva de Duarte, quien dijo que la creación de estos mecanismos se podrán traducir en más oportunidades de empleo en sectores clave como el transporte.
En concordancia con esto, Juan Pablo Bonilla, gerente del sector de cambio climático y desarrollo sostenible del BID, agregó que no se trata de una agenda de medio ambiente, sino de una de crecimiento económico y generación de empleo sostenible.
Bonilla invitó a “pensar cómo las oportunidades de una recuperación tienen que incluir no solo los temas de sostenibilidad ambiental sino también social”. Además, instó a que se piense cómo la creación de redes desde el sector social pueden ser herramientas para que a futuro se atiendan sucesos como desastres naturales de manera más ordenada.
Retos y perspectivas
Ahora bien, con respecto al cambio climático, Rodríguez precisó que no se trata de un asunto ambiental, sino también económico, a razón de que problemáticas como la deforestación nacen a partir de una relación costo beneficio que realizan los pequeños productores y las grandes empresas en la que encuentran que es más beneficioso talar.
Para evitar esto, Bonilla invitó a implementar estrategias para que las comunidades pertenecientes a este entorno estén en capacidad de tener otro tipo de alternativas por medio de lo que se denomina “bioeconomía”.
A partir de estas ideas o de la búsqueda de energías más amigables para mitigar la huella de carbono es fundamental el capital de riesgo que dispersan entidades como el BID. Duarte ejemplificó que energías como la geotérmica muchas veces llevan a exploraciones poco fructíferas y que es muy difícil para los Gobiernos y empresas privadas invertir en sus etapas exploratorias.
Por el momento, anunció Bonilla, con el Departamento Nacional de Planeación se viene trabajando en estrategias de bioeconomía, pero se necesita dar un valor específico al capital natural que se utiliza para que esta información sea una mayor fuente de consulta al momento de tomar decisiones.
asambleabid2021.com