Como cada 21 de marzo, el Periódico Verde se suma al Día del Árbol, que tiene como objetivo concienciar a la gente, de la importancia de estos nobles amigos verdes.

Algo de Historia También llamada Fiesta del Árbol, el Día del Árbol nació en España con el objetivo de celebrar la existencia de los bosques y los árboles. A día de hoy y con los graves problemas climáticos producto del accionar humano, es necesario fomentar la protección de los mismos y concientizar acerca de su importancia y de los enormes beneficios de su existencia. En 1805 en Villanueva de la Sierra, una pequeña localidad de Cáceres (Extremadura), el párroco tuvo la idea de organizar la que a la postre sería considerada como la primera celebración del Día del Árbol. Años después la fiesta se rescató del olvido, se crearon parques y en 2016 consiguió el reconocimiento como Bien de Interés Cultural Inmaterial.​ Hasta hace unos años y desde 1971, el 21 de marzo, que es el comienzo de la primavera en el hemisferio norte y del otoño en el sur, era el elegido para conmemorar el Día Forestal Mundial.

Pero años después, la ONU designó esa fecha para celebrar el Día Mundial del Árbol y el Día Internacional de los Bosques. ¿Por qué son importantes los árboles? Combaten el cambio climático En nuestra atmósfera se acumulan cantidades excesivas de dióxido de carbono (CO2) producidas por las actividades antropogénicas, que agravan el Cambio Climático. Los árboles absorben naturalmente el CO2 y lo sintetizan; emplean el Carbono, lo almacenan o lo eliminan y paralelamente liberan oxígeno que enriquece el aire.

Previenen la polución hídrica Cuando llueve, el agua corre por el tronco de los árboles y fluye hacia el subsuelo filtrándose a través de las sucesivas capas de la corteza. En las áreas deforestadas se produce el fenómeno de escorrentía, que arrastra todo tipo de elementos tóxicos y los deposita en las corrientes de agua más cercanas, contaminando todo el sistema hídrico asociado.

Son fuente de salud La cantidad de árboles de los que se pueden obtener diversos tipos de medicinas es muy extensa: el principio activo del ácido acetil salicílico (aspirinas) se extrae de la corteza del sauce, del Taxus brevifolia se obtienen medicamentos anticancerígenos, las hojas y los frutos del Sen son eficaces laxantes y con las flores del Tilo se prepara una célebre tisana tranquilizante y relajante: la tila.

Alimentan Manzanas, peras, ciruelas, cerezas, cítricos, frutos secos y una larguísima lista más es la que compone la cantidad de frutos que los árboles producen, vitales para tener una vida saludable. También resultan significativos a la hora de proveer de comida y refugio a infinidad de aves, insectos, reptiles, mamíferos, etc. y son fundamentales para mantener el equilibrio de los ecosistemas locales a los que pertenecen.  Aportan un aire más puro Cada árbol es capaz de eliminar el CO2 que un conductor genera recorriendo 40.000 kilómetros y de aportar el oxígeno que 18 personas necesitan cada año, además puede atrapar y absorber a nivel de sus hojas, ramas, raíces y corteza diferentes tipos de partículas nocivas y de gases tóxicos, como: amoniaco, ozono, óxidos de nitrógeno y/o dióxido de azufre. Protegen el agua En las zonas arboladas, gracias a una adaptación de estas plantas leñosas para conservar su sustento líquido, el suelo se mantiene húmedo por más tiempo, puesto que las frondas impiden una rápida evaporación del agua. Además, cuando sus niveles de agua son excesivos los árboles transpiran, contribuyendo al aumento del índice de humedad de la atmósfera. PUBLICIDAD Evitan la erosión Los suelos de las áreas boscosas son mucho más firmes que los de las áreas que carecen de ellos, puesto que sus raíces son fijadoras naturales de la tierra. Esto es muy evidente en laderas, desniveles o pendientes, pero en las zonas de llano que se deforestan, no es de extrañar, que en cuanto caigan cuatro gotas se produzcan riadas e inundaciones. Son saludables Está comprobado que reducen la ansiedad y la fatiga mental y que, cuando los pacientes hospitalizados disfrutan de la oportunidad de ver árboles o de pasear entre ellos, tienen índices de curación más rápidos. En los geriátricos también se evidencia la influencia positiva que tiene en el ánimo de los ancianos, la presencia de árboles en su entorno. Suman eficiencia energética La colocación estratégica de una cierta cantidad de árboles en viviendas, jardines, calles, parques, etc. es un excelente recurso para ahorrar energía, ya que contribuyen a alcanzar mejores niveles de eficiencia energética, reduciendo las necesidades de acondicionamiento térmico y, por tanto, la huella de carbono de los habitantes, trabajadores y visitantes. PUBLICIDAD Son recursos renovables La poda de los árboles, que se debe realizar cada cierto tiempo, es materia prima para la fabricación de biomasa. Además, la silvicultura sostenible provee de madera para infinidad de elementos de uso diario. Su savia y su corteza se emplean en infinidad de usos, sin necesidad de dañar al árbol y por tiempos muy largos (goma, corcho, etc.). Ayudan al marketing urbano Muchos estudios relacionan el éxito de los centros comerciales a la proliferación de árboles y zonas ajardinadas en su entorno. También se ha comprobado que, los conductores están más dispuestos a prestar atención a los comercios de la vecindad en las calles bordeadas de árboles y que los ámbitos urbanos arbolados se valorizan más, que los que carecen de “zonas verdes”. Por Sandra MG para “El Periódico Verde” 

Fuente: Noticias Medio Ambiente