CROTONA – Dicen que el fútbol es extraño, pero ciertamente es cruel. Mientras un equipo se despide de la Serie A, con dignidad y sin haber regalado un solo momento del partido, otro celebra la victoria y, sobre todo, una ventaja decisiva en lo alto de la clasificación. Ese equipo es nuestro Inter, hermoso, decidido y clarísimamente primero. Estamos ahí arriba, tenemos 82 puntos; de momento, 14 más que el Atalanta. Y ahora estamos en la cuenta atrás de esa meta que nunca queremos nombrar pero que en realidad está ahí, al alcance de la mano. Lo tocamos, lo esperamos.
Los tantos de Christian Eriksen y Achraf Hakimi presentes en la victoria frente al Crotone. Dos puntilladas, de dos artistas que forman parte de una orquesta en la que nadie se echa atrás; los desajustes -escasos- quedan tapados por la armonía de sus compañeros. Los solistas, pues, saben elegir los momentos adecuados para expresarse. Eriksen, que sólo llevaba cuatro minutos sobre el terreno de juego, puso el partido en manos de los visitantes con una de sus proezas, como ya hizo en Nápoles. Esta vez fue el pie derecho el que dejó su marca. Hakimi, por su parte, utilizó la zurda -no es una novedad- para cerrar el marcador, en la remontada de un partido que no fue baladí pero que, de hecho, nos eleva cada vez más y nos hace trepidar.
Jugar en el campo de los que tienen una sentencia prácticamente escrita en la espalda no es un pase para una victoria anticipada. Aunque el Crotone de Cosmi lleguase a la jornada 34 con el descenso en el bolsillo y el Inter se jueguase los puntos por otro objetivo, el partido no fue fácil, no tenía un resultado escrito.
Los anfitriones, entre el orgullo y el carácter, tuvieron el brío necesario para plantear una auténtica y animada remontada. Brillante, como los disparos de Ounas, el más insidioso en la primera mitad. El Inter, con Sensi en lugar de Eriksen, no se resintió y jugó un primer tiempo ordenado, alimentado por las jugadas verticales de Brozovic, Barella y Sensi, que pusieron en constante temor a la defensa calabresa. El Inter terminó la primera parte con 14 disparos en 14 minutos, en un crescendo de presión y peligro.
La movilidad de Sensi fue un factor importante: las inserciones y las conclusiones no fueron muy afortunadas. Luego, los postes de la portería, otra costumbre de estas semanas. Al final de la primera parte hubo dos oportunidades más: un cabezazo de Lukaku a la salida de un córner y otra sensacional de Lautaro, con su clásica jugada desde el borde del área con un derechazo letal que superó a Cordaz, pero salió rozando el poste. Ante la falta de ritmo, el Inter fue aumentando la presión, poniendo cada vez más hombres en la acción ofensiva, incluidos los defensores, con Skriniar y Bastoni involucrados. Fue casi un asedio, con acrobacias, voleas y cabezazos, sin especial brillantez, pero con un mensaje claro: el Inter perseguía el gol con insistencia.
El Inter sabía que tenía que acelerar para encontrar el impulso adecuado y vencer al Crotone. Estba claro que no iba a ser una tarea fácil, ya que el equipo de Cosmi no regala espacios y confía en Messias y Ounas para aliviar la presión de los nerazzurri. Hakimi trató de asustar a Cordaz desde lejos, pero Handanovic siguió sin intervenir: el Crotone nunca disparó a puerta, con un balance final de 23 tiros por 5 del Inter al final del partido.
El gol decisivo llegó en el minuto 69 gracias, en parte, a los recién llegados, que dieron vida e impulso a la acción ofensiva en un momento crucial, cuando el Inter necesitaba encontrar el gol. El taconazo de Sánchez, el pase de Lukaku (ahora con 20 goles y 10 asistencias en la liga, un récord desde 2005) y el derechazo atronador de Eriksen, ligeramente desviado. El balón que sacudió la red fue un soplo de vida para el Inter y al mismo tiempo el beso de la muerte para el Crotone, condenado al descenso.
Los minutos finales estuvieron llenos: jugadas de un Perisic imparable, el gol anulado a Lukaku y los tímidos intentos del Crotone por acercar el balón a la portería nerazzurra. En la segunda parte, Barella recogió el balón y lo metió en el área y Hakimi, en un contragolpe, lo convirtió en un zurdazo ganador. Un 2-0: un partido con espíritu de hielo, 3 puntos y una sólida clasificación.
El Crotone, el estadio Ezio Scida: es cierto que los lugares del mundo donde se pueden escribir trozos de historia son inescrutables e imprevisibles. Las victorias del Inter, en cambio, están ahí, son bonitas y evidentes: falta muy poco, Inter.
DATOS
CROTONE (3-5-2): 1 Cordaz; 6 Magallan, 5 Golemic, 26 Djidji; 17 Molina, 30 Messias, 8 Cigarini (95 Eduardo 46′), 10 Benali (77 Vulic 66′), 69 Reca (32 Pereira 38′); 7 Ounas (97 Riviere 72′), 25 Simy.
Suplentes: 16 Festa, 22 Crespi, 3 Cuomo, 20 Rojas, 21 Zanellato, 33 Rispoli, 34 Marrone, 44 Petriccione.
Entrenador: Serse Cosmi.
INTER (3-5-2): 1 Handanovic; 37 Skriniar, 6 de Vrij, 95 Bastoni; 2 Hakimi, 23 Barella, 77 Brozovic, 12 Sensi (24 Eriksen 65′), 36 Darmian (14 Perisic 65′); 9 Lukaku, 10 Lautaro (7 Sanchez 65′).
Suplentes: 27 Padelli, 97 Radu, 5 Gagliardini, 8 Vecino, 13 Ranocchia, 15 Young, 33 D’Ambrosio, 99 Pinamonti.
Entrenador: Antonio Conte.
Goleadores: 69′ Eriksen (I), 92′ Hakimi (I)
Amonestados: Brozovic (I), Riviere (C), Eriksen (I)
Tiempo de descuento: 2′ – 3′.
Árbitro: Prontera.
Asistentes: Mastrodonato, Margani.
Cuarto árbitro: Pezzuto.
VAR: Manganiello.
Asistente de VAR: Di Vuolo.
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