Las abejas del Himalaya nos sorprenden con una deliciosa miel llena de propiedades psicotrópicas que se ha convertido en el tesoro de una comunidad.
Los tesoros de la naturaleza suelen provenir de los lugares más extraños. Sin embargo, hay uno en especial que se ha convertido en un manjar difícil de cosechar. La miel de las abejas del Himalaya crece en los empinados acantilados de esta cordillera en Asia y es única en el mundo gracias a las propiedades psicoterapéuticas que se han descubierto en ella.
Las abejas han formado colmenas alrededor de las colinas donde pocos se atreven a escalar. Este producto ahora se conoce como la miel loca, la cual se esconde en los altos riscos del Himalaya hasta que el último cazador del pueblo del comité de desarrollo de Kulunga, en Nepal, sube a recolectarla.
El maravilloso poder de esta miel se experimenta durante la primavera; en esta época, las abejas del Himalaya obtienen toxinas extrañas de las flores de rododendro. Basta con dos a tres cucharadas para experimentar los cambios que produce en la mente.
“Un sonido pulsa en tu cabeza, como la colmena. No puedes moverte, pero aún estás completamente lúcido. La parálisis dura aproximadamente 1 día”. (Jangi Kulung, comerciante local de miel)
Un reportaje realizado por National Geographic relata la arriesgada labor de los cazadores kulung para conseguir la miel loca. Esta puede ser una experiencia fuerte y profunda para los amantes de esta miel, los cuales han decidido abandonarla por el riesgo que implica para ambas especies.
La comunidad decidió suspender la recolección de este endulzante psicotrópico y seguir con la cosecha hasta que sea un proceso sostenible para ambas partes (abejas y consumidores). Esta miel única en su tipo depende de un ecosistema muy frágil. Los habitantes comprenden que el suministro puede terminar pronto si no se actúa con responsabilidad. Por lo tanto, la miel estará intacta por ahora.
Es posible que más adelante los cazadores intenten nuevamente subir hasta las colmenas llenas de esta poderosa y enriquecedora miel. Esta costumbre es rica en todo sentido; está llena de cultura, de respeto hacia la naturaleza y hacia sus recursos más valiosos.
Echa un vistazo al reportaje de National Geographic y North Face:
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