Es más probable que a los niños más desfavorecidos se les niegue la oportunidad de empezar bien su educación, según nuevos estudios de la UNESCO y su Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (Informe GEM, por sus siglas en inglés).
El informe de la UNESCO, titulado “Bien desde el principio: construir sociedades inclusivas mediante una educación inclusiva de la primera infancia” recuerdan a los países su compromiso, asumido en el cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas relativo a la educación, de velar por que todas las niñas y todos los niños tengan acceso a un desarrollo, una atención y una educación preescolar de calidad, de modo que estén preparados para la enseñanza primaria. Se publican en el marco del lanzamiento, en septiembre, de una nueva Estrategia de Asociación Mundial para la Primera Infancia. Coordinada por la UNESCO, la asociación reunirá a más de 40 organizaciones activas en el ámbito de la atención y la educación de la primera infancia (AEPI), para ayudar a los gobiernos a prestar servicios eficaces de AEPI y a abordar los nuevos problemas generados por la pandemia de la COVID-19.
El informe de la UNESCO muestra que, a pesar de los avances, se estima que dos de cada cinco niños, sobre todo en los países de ingresos bajos y medios-bajos, todavía no están matriculados en la educación preescolar y, actualmente, solo el 28% de los países a nivel mundial han establecido la obligatoriedad de la educación preescolar, que oscila entre ninguno en los Estados Árabes y el 55% en América Latina y el Caribe.
Garantizar el acceso universal a la educación en la primera infancia es la base para la inclusión en el camino hacia el aprendizaje y una vida digna. La ausencia de una educación en la primera infancia puede recluir a los niños en la privación y la marginación. Los numerosos beneficios que gozan los niños que reciben una educación de la primera infancia de calidad se transmiten de una generación a otra, con repercusiones positivas para la sociedad en su conjunto. Sin embargo, hay demasiados niños pequeños que se quedan sin ella. Si queremos que alcancen todo su potencial, tenemos que hacerlo bien desde el principio.
Stefania Giannini, Subdirectora General de Educación de la UNESCO
Otra publicación de la UNESCO, elaborada en colaboración con Open Society Foundations, y titulada La atención y la educación de la primera infancia inclusiva: ¡Del compromiso a la acción!, hace un llamamiento a renovar el compromiso global con la inclusión en la primera infancia con recomendaciones clave basadas en políticas y prácticas positivas, prometedoras e innovadoras a nivel nacional y regional de todo el mundo. Entre ellas, una reforma de la educación de la primera infancia inclusiva en Georgia; un currículo inclusivo en Nueva Zelanda; un sistema de gestión de datos inclusivo en Zimbabue; y un modelo práctico de formación docente sobre la AEPI inclusiva en Viet Nam.
La UNESCO y la Estrategia de la Alianza Mundial para la primera infancia están instando a los gobiernos a garantizar al menos un año de educación preprimaria obligatoria. Todos los niños deberían poder acceder a un nivel mínimo de servicios, independientemente de su situación socioeconómica, su origen étnico, su idioma, su discapacidad o su ubicación. Sin embargo, los informes de la UNESCO muestran que existen grandes disparidades en el acceso a la educación preescolar entre los niños más ricos y los más pobres, de hasta más de 60 puntos porcentuales en algunos países de ingresos bajos y medios, como Benín, Camerún y Malí.
Los niños más pobres afrontan obstáculos especiales para acceder a ella. Más de la mitad de los niños roma de Europa siguen sin participar en la educación preescolar.
Se está prestando muy poca atención a garantizar altos niveles de calidad en los centros preescolares para los niños más vulnerables. Los niños necesitan escuelas seguras con acceso a la higiene básica y docentes que hayan recibido formación para atenderlos y apoyarlos adecuadamente para que puedan prosperar. Necesitamos urgentemente más inversión en la educación de la primera infancia, de lo contrario se perderá la importante oportunidad de reducir su desventaja.
Manos Antoninis, Director del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo
En Malawi, por ejemplo, una encuesta realizada a cuidadores reveló que la mayoría eran mujeres voluntarias y que solo una de cada tres tenía calificaciones pertinentes. La educación preescolar también es fundamental para identificar a los alumnos con necesidades educativas especiales y asignarles intervenciones correctivas. Sin embargo, estos sistemas de detección son escasos. La realidad de algunos niños marginados, especialmente aquellos con discapacidades, está poco o nada documentada.
Los nuevos estudios apoyan los objetivos centrales de la nueva Estrategia de Asociación Mundial, que son los siguientes:
- Movilizar a todas las naciones y organismos internacionales pertinentes para que colaboren en la consecución de las metas de los ODS relacionadas con la educación de la primera infancia.
- Fortalecer las alianzas interinstitucionales y mundiales existentes y forjar otras nuevas, según sea necesario, para la coordinación y la colaboración en la aplicación de estrategias de políticas y servicios para mejorar el desarrollo infantil y el bienestar de las familias.
- Aumentar significativamente la inversión en la educación preescolar en los países de ingresos bajos y medios, que en promedio solo recibió el 2% de los presupuestos de educación en 2018.
- Ampliar la ayuda internacional anual a la educación preescolar desde una media del 7% de la ayuda a la educación en 2016 hasta al menos el 10% en 2030.
Los países deben abordar los obstáculos a la inclusión, como las leyes y políticas ineficaces o incoherentes, la falta de preparación de los docentes, los currículos no inclusivos, la ausencia de datos sobre los excluidos de la educación, la falta de voluntad política y la financiación no orientada. Las cuestiones relativas a la inclusión en la atención y educación de la primera infancia deben abordarse mediante políticas intersectoriales que tengan en cuenta la diversidad de los educandos, incluyendo los niños refugiados y solicitantes de asilo.
unesco.org