Bosque tropical en la cuenca del Congo. EFE/ATIBTPublicado por: efeverde  1 agosto, 2021 Madrid 

Explotar la madera de los bosques tropicales de forma responsable evita las talas ilegales y convierte amplias zonas de selva en una fuente de riqueza y trabajo sostenible para la población local.

Así lo explica el director general de la Asociación Técnica Internacional de los Bosques Tropicales (ATIBT), Benoît Jobée-Duval, quien señala en una entrevista con Efe que las explotaciones madereras tropicales “tienen mala imagen” debido a que “algunas empresas son poco respetuosas con las reglas y perjudican al sector” en su conjunto.

Sin embargo, Jobée-Duval asegura que “el sector forestal de los países de la cuenca del Congo es la primera fuente de empleo tras el Estado”, por lo que incentivar el consumo responsable “mantendrá al sector maderero como fuente de riqueza y trabajo”.

La ATIBT es una entidad francesa que reúne a 140 empresas, organizaciones y centros de investigación con el objetivo de “impulsar la gestión forestal sostenible de los bosques tropicales”.

Tres trabajadores del sector forestal en la cuenca del Congo. EFE/ATIBT

Selvas tropicales de la cuenca del Congo

En concreto, la ATIBT desarrolla sus actividades en la República del Congo, Camerún y Gabón, países subsaharianos cuyas selvas tropicales están amenazadas por “la agricultura, el desarrollo de la ganadería, el aumento de población y el desarrollo de infraestructuras”.

Las empresas forestales “responsables” que actúan en el sector tropical en esta región “no llevan a cabo actos de deforestación”, asegura Jobée-Duval, ya que “de media se extraen uno o dos árboles por hectárea cada 25 años”.

Al margen de su actividad maderera, los miembros de ATIBT han puesto en marcha “programas contra la caza furtiva” y combaten “las actividades madereras ilegales en las zonas de mayor valor ecológico”.

Las empresas responsables “tienen en cuenta a las comunidades rurales, respetan sus espacios y les brindan servicios de salud y de educación”, además de incentivar “el desarrollo laboral de los lugareños y ofrecer acceso al agua potable y viviendas dignas”.

Certificación forestal

La ATIBT trata de fomentar la gestión forestal sostenible a través de la promoción en los mercados mundiales de la madera tropical certificada por el Consejo de Administración Forestal (FSC) o por la Certificación Forestal Panafricana (PAFC), unos sellos que “actualmente gozan de poco reconocimiento”, lamenta el director de esta asociación maderera.

Madera tropical

Madera tropical certificada. EFE/ATIBT

La madera tropical “se utiliza mayoritariamente en suelos interiores, ventanas, mobiliario, o tableros contrachapados”, unas aplicaciones que sacan partido de las cualidades mecánicas de este material, entre las que destacan “la densidad y resistencia a la podredumbre, así como su estética y su estabilidad”.

Algunos arquitectos aprecian la madera tropical como sinónimo de material noble, elegante y frecuentemente asociado a un alto nivel adquisitivo”, pero también porque su uso implica “un compromiso medioambiental y social para el mantenimiento del sector maderero tropical”.

No obstante, “no pretendemos que el consumo de madera tropical sea masivo, ya que este material es más bien exclusivo y sinónimo de alta calidad”, señala Jobée-Duval.

Si no se consume madera tropical de origen sostenible, las iniciativas de conservación no serán suficientes por sí solas para mantener los espacios selváticos de la cuenca del Congo”, por lo que la labor de las empresas responsables es “necesaria” para luchar contra la deforestación.

Consumo responsable

A pesar de que promover la legalidad del comercio de la madera “es una responsabilidad colectiva”, el consumidor desempeña un papel “fundamental”, ya que tiene la capacidad de “reconocer la labor de las empresas comprometidas con los territorios en los que desarrollan su actividad” pagando un “precio justo” por la madera certificada.

Sin embargo, este objetivo atañe también a “los gobiernos de los países productores”, que “deben disponer de los medios suficientes para hacer respetar las reglas del comercio de la madera”, asevera Jobée-Duval. EFEverde