Bogotá-MADS-. Según un estudio realizado por The Global Climate and Health Alliance, un conglomerado de varias ONG de salud, organizaciones de profesionales del sector y alianzas de salud y medio ambiente de todo el mundo, Colombia está en el segundo lugar, entre 40 países evaluados, en términos de inclusión del componente de salud en sus compromisos climáticos al año 2030.
Colombia enmarcó en su actualización de la Contribución Determinada a nivel Nacional (NDC) – que son los compromisos climáticos del país al año 2030-, dos metas fundamentales de adaptación lideradas por el sector salud: la primera, busca que el 100% de las entidades territoriales del sector salud a nivel departamental, distrital y municipal de categorías 1, 2 y 3, formulen acciones de adaptación que permitan prevenir enfermedades sensibles al clima como el dengue, la malaria y el zika, entre otras, al año 2030. El 40% de estas entidades debe implementar estas acciones para esa fecha.
La segunda meta incluye fortalecer a las Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud del sector público para que generen acciones de adaptación al interior de sus organizaciones y así estar preparadas frente a eventos que puedan presentarse por variabilidad y cambio climático y asegurar una prestación continúa de los servicios de salud a la población en situaciones de emergencia.
Carlos Eduardo Correa, ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, dijo que no podemos ver al cambio climático como una problemática aislada. «Enfrentar el cambio climático trae múltiples beneficios en muchas áreas, entre ellas, la salud pública. Implementar nuestra NDC tendrá un beneficio enorme en términos del mejoramiento de la calidad del aire, por mencionar un ejemplo. Los índices de mortalidad por causas asociadas a la mala calidad del aire se reducirán si logramos, entre todos, mejorar la calidad del aire que se respira”.
Así mismo, desde el componente de mitigación del cambio climático, se busca reducir el 40% de las emisiones de carbono negro a 2030 en comparación con las emisiones de 2014. El carbono negro es un componente del hollín que sale de los exostos de vehículos diésel, las ladrilleras o en la cocción con leña. De acuerdo con algunos estudios internacionales, esta sustancia podría ser, después del dióxido de carbono, la principal responsable del cambio climático.
En este sentido, Colombia decidió convertirse en uno de los primeros países del mundo en plantear un compromiso específico para reducir las emisiones de carbono negro. El país ha venido trabajando en el entendimiento de esta problemática desde 2012 en el marco de su participación en la Coalición Clima y Aire Limpio (CCAC).
Gracias a este trabajo se cuenta con un inventario nacional de carbono negro, así como con una estrategia para mitigar las emisiones de este contaminante; la cual se ve reflejada en la inclusión de medidas específicas y adicionales para reducir carbono negro; que tienen que ver con la quema de residuos agrícolas y mejores sistemas de control de emisiones para vehículos diésel.
En línea con lo expresado por el ministro, actualmente el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el Ministerio de Salud y Protección Social lideran un análisis cuantitativo sobre el impacto en la salud pública que tendrá la implementación de las medidas de mitigación de la NDC, para lo cual se cuenta con el apoyo de la Organización Mundial para la Salud y el Instituto Ambiental de Estocolmo. Los resultados de este análisis serán públicos a finales de este año.
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