Ante la rápida evolución de los acontecimientos, y veinte años después de la destrucción deliberada de los Budas de Bamiyán, sitio del Patrimonio Mundial, la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, «pide que se preserve el patrimonio cultural de Afganistán en toda su diversidad, respetando plenamente el derecho internacional, y que se tomen todas las precauciones necesarias para proteger el patrimonio cultural de los daños y los saqueos». La UNESCO sigue de cerca la situación sobre el terreno y se compromete a hacer todo lo posible para salvaguardar el inestimable patrimonio cultural de Afganistán.
Cualquier daño o pérdida del patrimonio cultural no hará más que disminuir las perspectivas de una paz duradera y la mejora de las condiciones humanitarias del pueblo afgano.
Además, la UNESCO insiste en la necesidad de garantizar un entorno de trabajo seguro para los profesionales del patrimonio cultural y los artistas locales, que desempeñan un papel fundamental en la cohesión nacional y el tejido social de Afganistán.
La riqueza y la diversidad del patrimonio de Afganistán, que son una parte fundamental de la historia y la identidad afganas, así como de gran importancia para toda la humanidad, deben ser salvaguardadas. Esto incluye sitios como la Ciudad Vieja de Herat, los sitios del Patrimonio Mundial de la UNESCO como el Minarete y vestigios arqueológicos de Jam y el Paisaje cultural y vestigios arqueológicos del Valle de Bamiyán, donde la UNESCO ha estado trabajando durante varias décadas, así como museos como el Museo Nacional de Kabul. Salvaguardar y preservar estos lugares es crucial para el futuro de Afganistán.
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