Para el próximo año, Bogotá, la capital de Colombia, espera haber desplegado un total de 1.485 autobuses eléctricos para reemplazar los vehículos de diésel que ahora dominan su sistema de transporte público. La medida evitará la liberación de 16.000 toneladas métricas de emisiones de dióxido de carbono equivalentes cada año.

La transición hacia los autobuses eléctricos es parte de un impulso mayor para reducir la contaminación del aire, que está relacionada con miles de muertes al año y tiene un alto precio para el medio ambiente local.

Pero la falta de un sistema robusto de monitoreo de calidad del aire está obstaculizando la posibilidad de iniciar esfuerzos más agresivos —y basados en evidencia— para hacer frente a la contaminación del aire.

Para abordar este desafío, el país lanzó la alianza de Biodiverciudades por un aire mejor en julio de este año. El programa ayudará a 11 asentamientos urbanos a identificar las fuentes de contaminación atmosférica. También fomentará el desarrollo de soluciones basadas en la naturaleza para mejorar la calidad del aire con el objetivo de proteger la salud humana y de los ecosistemas.

“Las decisiones se deben tomar con base en datos”, dijo Carlos Correa Escaf, ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia. “Con la iniciativa de biodiverciudades, estamos resaltando la importancia de mejorar la disponibilidad de información sobre la calidad del aire y las emisiones para fortalecer las acciones de prevención y reducción de la contaminación atmosférica”, añadió.

El alto precio de la contaminación

Alrededor del 8% de todas las muertes en Colombia están relacionadas con la contaminación del agua y el aire, y los costos ambientales relacionados con la contaminación atmosférica casi se duplicaron entre 2009 y 2015, según el Instituto Nacional de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales.

El proyecto de las Biodiverciudades, con una inversión de US$ 2.5 millones, está financiado por un impuesto nacional al carbono que entró en vigor en 2017.

Uno de los enclaves urbanos que se unió a esta alianza es Montería, que se encuentra a orillas del río Sinú y es conocida por sus bosques colmados de monos y perezosos.

Como parte de la alianza, la ciudad de 500.000 habitantes desplegará dos nuevas unidades de monitoreo para reforzar su sistema actual, que no tiene la capacidad de recopilar todos los datos necesarios para informar políticas más efectivas. Una de estas le permitirá por primera vez monitorear las emisiones producidas específicamente por los vehículos. En Montería, se estima que el 28% de las emisiones provienen del sector del transporte.

“Con esto podremos tener un mejor sistema de información que nos permite ampliar el espectro de vigilancia y tomar medidas correctivas, preventivas y de mitigación”, dijo el alcalde Carlos Ordosgoitia.

La ciudad ya ha construido 42 kilómetros de infraestructuras para viajar en bicicleta y cuenta con una red pública de alquiler de bicicletas con 11.000 usuarios inscritos. También está construyendo el primer sistema de transporte público fluvial en Colombia, que conectará la ciudad de norte a sur, se integrará al sistema de autobuses públicos y será alimentado parcialmente por energía solar.

También forman parte de la alianza Barranquilla, en la costa caribeña, Leticia, en lo profundo de la Amazonía, Armenia, una de las ciudades más grandes del eje cafetero de Colombia, y Barrancabermeja, Manizales, Villavicencio, Yopal, Quibdó, Pasto y, en el Caribe, la isla de San Andrés. Casi el 12% de la población de Colombia vive en estas ciudades.

Ciudades más verdes, ciudades más limpias

A riverbank lined by trees.
Montería es una de las 11 ciudades que se ha unido a la alianza de Biodiverciudades por un aire limpio. Foto: Alcaldía de Montería

Estas ciudades están íntimamente ligadas a la naturaleza geográfica, económica y culturalmente. Su objetivo es capitalizar de manera sostenible los bosques, manglares o humedales que las rodean y, al mismo tiempo, reducir su huella ambiental.

“La biodiversidad que existe en las ciudades no puede alejarse de su desarrollo urbano”, dijo el ministro Correa Escaf.

“Con la expansión de los sistemas de monitoreo, podremos identificar las áreas a intervenir con soluciones basadas en la naturaleza, incluyendo la biodiversidad en el desarrollo urbano de las ciudades”, añadió.

En Montería, el municipio está preparando un proyecto de restauración de 375 hectáreas que incluirá la plantación de 416.000 árboles nativos.

El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible espera que la alianza de Biodiverciudades contribuya al objetivo nacional de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 51% para 2030 y alcanzar la neutralidad de carbono para 2050.

Vigilando el progreso regional

Una nueva evaluación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), lanzada en el Día Internacional del Aire Limpio por un cielo azul, muestra que al menos 17 de los 33 países de América Latina y el Caribe han implementado sistemas de monitoreo de calidad del aire. Pero se requieren inversiones y regulaciones adicionales para producir datos más precisos que ayudarán a combatir la contaminación.

El informe llama a implementar más acciones en algunos sectores, como el transporte y la gestión de residuos. Poco más del 50% de los países de la región aún carecen de estándares de emisiones de vehículos y el 40% no regula ni controla la quema de desechos a cielo abierto.

“Los vínculos entre un aire saludable y un planeta saludable son ahora más claros que nunca. En América Latina y el Caribe, con más de 100 millones de personas viviendo en áreas susceptibles a la contaminación del aire, los países deben mantenerse al día con esfuerzos innovadores para cuidar la salud humana mientras preservan y restauran los ricos ecosistemas que albergan”, dijo Piedad Martín, directora regional adjunta del PNUMA para América Latina y el Caribe.

El PNUMA trabaja con la Organización Panamericana de la Salud para combatir la contaminación del aire. También alberga la Red Intergubernamental de Contaminación Atmosférica, que promueve la cooperación regional y ayuda a desarrollar capacidades en los gobiernos. La red surgió del Foro de Ministros de Medio Ambiente de la región y actualmente está elaborando un plan de acción que será completado a finales de este año.

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