Lejos de emular lo hecho el pasado sábado ante Newcastle United por Premier League, los dirigidos por Ole Gunnar Solskjaer sufrieron una durísima derrota en Suiza, donde el conjunto de David Wagner encontró el triunfo sobre la hora tras un grosero error de Jesse Lingard.
La expulsión de Aaron Wan-Bissaka, que dejó al equipo con un jugador menos a los 35 minutos, comprometió considerablemente el juego de los Red Devils, poniéndolos a merced de un grupo guapo y atrevido.
Ole Gunnar Solskjaer y Luke Shaw agradecieron el apoyo de los hinchas visitantes.
En el primer tiempo, Bruno Fernandes y Cristiano Ronaldo —autor del único gol de Manchester United— se lucieron en ataque una vez más, descolocando a la defensa local con pases cortos y movimientos inesperados.
No obstante, la poca participación de Jadon Sancho y la falta de ideas más concretas perjudicaron a los delanteros, que no pudieron extender la ventaja parcial antes de la expulsión de Wan-Bissaka.
Por este motivo, Young Boys no dudó en encarar el complemento con otra actitud para sacar provecho de la superioridad numérica y empezar a arrinconar al equipo de Solskjaer.
Como era de esperar, las reiteradas aproximaciones de los de amarillo rindieron sus frutos a los 66 minutos, cuando Moumi Ngamaleu llegó al empate tras una muy buena intervención dentro del área chica.
Pero la verdadera sorpresa se produjo a los 95, cuando Lingard regaló la pelota, entregándole el gol de la victoria a Jordan Siebatcheu, que había ingresado en el entretiempo sin saber que se convertiría en el héroe del partido.
Cuando parecía que Manchester United había aprendido de este tipo de derrotas, el fútbol hace que vuelvan a ocurrir. Sin embargo, un tropezón no es caída, porque todavía falta un montón.
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