En un mundo azotado por una pandemia y en un punto de inflexión ecológico, este noviembre se celebra en Escocia una conferencia internacional sobre cambio climático.

Un nombre con gancho. ¿Qué significa?

COP son las siglas en inglés de Conference of Parties (Conferencia de las Partes), refiriéndose lo último a las 197 naciones que forman la UNFCCC, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Desde que se celebró la primera en Berlín en 1995, en 2021 es la 26ª edición de esta reunión.

Este año, el anfitrión es Reino Unido, que ha elegido la ciudad escocesa de Glasgow para albergar el evento que se desarrollará entre el 31 de octubre y el 12 de noviembre. La conferencia se organiza en alianza con Italia, donde en octubre se han celebrado varios eventos como la Youth4Climate y la PreCOP26 , que se celebraron en Milán.

Aunque la COP es un evento anual, la COP26 es la primera reunión que se celebra desde que estalló la pandemia de COVID-19. Esto le da una importancia adicional a la conferencia, tanto desde el punto de vista de los aprendizajes de este momento sin precedentes como por la renovación de los objetivos climáticos tras la COP25, que se celebró en Madrid en diciembre de 2019.

¿Cómo fue la COP25?

El consenso fue que no fue brillante.  La 25ª Conferencia de las Partes, que organizó el Gobierno de Chile en Madrid en diciembre 2019, terminó sin conclusiones. Se aprobaron resoluciones para reducir los gases de efecto invernadero y ayudar a los países más pobres que ya estaban sufriendo los efectos del cambio climático. Pero tras las negociaciones, marcada por unos activistas climáticos frustrados, se alargaran dos días más, no se llegó a ningún acuerdo en el tema de los mercados de carbono, que se aplazó a la reunión de Glasgow. Así las cosas, muchas crónicas de la reunión la tildaron de fracaso.

Reunión de la COP25 en Madrid en 2019

Así que, además de los mercados de carbono, ¿de qué se hablará en la COP26?

La UNFCCC ha identificado cuatro grandes objetivos en su manifiesto para la COP26, que son:

  • Asegurar el cero neto de emisiones para mediados de siglo y mantener el objetivo de 1,5 grados al alcance.
  • Hacer una adaptación para proteger a las comunidades y los hábitats naturales.
  • Movilzación financiera
  • Trabajar conjuntamente para lograr los objetivos.

El primero se centra en medidas como los pasos a seguir para abandonar el carbón y la reducción de la deforestación, por ejemplo, que reducirá las emisiones de carbono a cero relativo con respecto a las emisiones de 1990, lo permitirá alcanzar el objetivo de un aumento de la temperatura global en 1,5 º C con respecto a los niveles preindustriales. La idea de un acuerdo colectivo para limitar el calentamiento global con un objetivo se fijó en la COP21 de 2015; que se celebró en la capital de Francia y por eso se conoce como el Acuerdos de París.

El reconoce que las comunidades dentro de los países delegados –tanto los asentamientos humanos como sus entornos- seguirán sufriendo los efectos del cambio climático y deben recibir apoyo en sus esfuerzos para protegerse y revertir estos daños. El tercero se centra en el dinero necesario para alcanzar estos objetivos. Y, el último –posiblemente el más problemático-, hace hincapié en la necesidad de una cooperación global real para hacer posibles cualquiera de estas cosas.  

La noche en el hemisferio norte

¿Cuánto se hablará de coronavirus?

“Muchos expertos creen que la COP26 tiene una única urgencia”. Esta frase en la página web de la conferencia subraya que la presidencia británica de la COP26 llega tanto en un momento que para muchos es un momento de inflexión crítico a nivel climático como tras unos 18 meses inéditos en la historia contemporánea.

Desde la última COP, en 2019, han fallecido casi cinco millones de personas han fallecido casi cinco millones de personas como resultado de una enfermedad que complejo origen, pero que posiblemente haya procedido de otra especie. Mientras que para un observador casual esto podría parecer muy alejado de la discusión de los problemas medioambientales, los científicos concuerdan en la posibilidad de que es posible que cada vez haya más transmisiones entre especies allí donde los humanos interactúen con los orígenes de esos virus, sea cual sea el último eslabón. Esto significa que la tala de árboles, la minería, la carne de caza y otras ocupaciones de hábitats incrementan el riesgo de poner en marcha la siguiente pandemia.

Inevitablemente, mucha de la preparación de la COP26, y el contexto de los resultados financieros que aderezarán las conversaciones, se han reconfigurado con la mirada puesta en la pandemia, que se ha convertido en el evento más lesivo para la economía desde la Segunda Guerra Mundial.

Incluso la logística de la conferencia, que se pospuso de 2020 debido a la pandemia, ha provocado cierta preocupación sobre la capacidad de los delegados y ONGs de los países más desfavorecido para asistir debido a las restricciones de viaje. Muchos de estos países incluyen a las naciones más afectadas por el cambio climático.

COP26

Lo que se puede decir que ha conseguido la pandemia es una renovada claridad sobre la importancia del propósito de la conferencia, y un precedente de lo rápido que puede cambiar de dirección el mundo ante un peligro diferente y, al menos superficialmente, más apremiante.

“La pandemia ha puesto de relieve que la vieja normalidad era tremendamente frágil y peligrosa”, afirmó el Grupo Independiente de Expertos de Naciones Unidas sobre Finanzas Climáticas en su informe de 2020; “si el mundo no actúa ahora, el daño causado por el cambio climático y la pérdida de biodiversidad será mucho mayor y de mucha más larga duración que el daño infligido por la COVID-19”.

Además, este ha sido un año marcado por los incendios forestales, las inundaciones, la aceleración del deshielo en los polos, temperaturas de récord y la no consecución de objetivos de biodiversidad claves en todo el mundo. Todo ello hace que la idea de que estamos antes un momento crítico para tomar cartas en el asunto sea cada vez más difícil de ignorar para cualquier país.

Miles de personas se echaron a las calles de Londres en septiembre de 2019 como parte ...

Hay cierto aire de positivismo hacía la COP26, en parte gracias al hecho de que el presidente Joe Biden decidió volver al Acuerdo de París en su primer día como presidente de Estado Unidos, que fue un claro contrapunto a la salida de su predecesor. También hay iniciativas proactivas como el Premio Earthshot, el incremento global de la producción de energías renovables, en aumento en inversiones éticas y responsables por parte de algunas de las instituciones financieras más grandes del mundo y los movimientos para proteger más partes de la superficie del planeta, como la decisión del Reino Unido en noviembre de 2020 de proteger 4,3 millones de kilómetros cuadrados de los océanos, con el apoyo, en parte, de la iniciativa Pristine Seas de National Geographic liderada por el español Enric Sala. Todos signos positivos de que las intenciones ambiciosas se convierten poco a poco en acciones decisivas.

National Geographic está comprometida con el apoyo y fomento de acciones positivas a nivel individual para ayudar a doblegar el cambio climático. Lee más sobre la COP26 y descubre más maneras en las que todos podemos ayudar a mejorar el mundo.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en https://www.nationalgeographic.co.uk/