ATLANTA — Cientos de miles de fanáticos ovacionaron el viernes a los Bravos de Atlanta, durante un desfile de dos etapas para celebrar la conquista de la Serie Mundial, algo que el equipo no lograba desde 1995.
Algunas escuelas de la ciudad cerraron, y los estudiantes aprovecharon la oportunidad para asistir al festejo.
«Esta es la parte más divertida de todo», dijo el presidente de los Bravos, Terry McGuirk. «En cada cuadra había niños, por todos lados. Nunca esperé ver a tantos pequeños fanáticos».
El desfile comenzó en el centro de Atlanta, cerca de la antigua casa de los Bravos, el Turner Field. Luego, los autobuses, carrozas y furgonetas pasaron por un monumento en memoria a Hank Aaron, miembro del Salón de la Fama, en el lugar donde estaba el viejo Atlanta-Fulton County Stadium.
La caravana se dirigió a continuación hacia la calle Peachtree, flanqueada por numerosos fanáticos.
De acuerdo con estimados de la policía de Atlanta, asistieron entre 300.000 y 400.000 personas a la celebración, tan sólo en la parte céntrica de la ciudad.
Otros tantos habrían concurrido a la última milla del desfile, que llegó al Truist Park, la casa actual de los Bravos en el condado de Cobb, un suburbio de Atlanta. El estadio se encontraba repleto.
Miles de seguidores más llenaron el complejo de espectáculos que se ubica en las inmediaciones del estadio.
Los Bravos se mudaron al condado de Cobb por una serie de incentivos fiscales y por la capacidad de construir un complejo de restaurantes, tiendas, apartamentos y centros de espectáculos junto al nuevo parque, inaugurado en 2017.
McGuirk dijo que llegó a pensar que «había más de un millón de personas».
«Esta ciudad se ha vuelto loca, y es maravilloso ser parte de esto», agregó.
Los Bravos aseguraron el título el martes por la noche, al aplastar 7-0 a los Astros de Houston en el sexto juego.
Dansby Swanson, originario de Marietta, otro suburbio de Atlanta, tuvo una perspectiva de lugareño, al hablar sobre la espera de 26 años por la que tuvieron que pasar los fanáticos antes de festejar otro título.
«Esta ciudad ha querido un campeonato por mucho tiempo», comentó Swanson. «Esto es tan increíble que las escuelas cerraron. Ver que los niños disfrutan este momento y están inspirados es algo que no tiene comparación».
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