Nairobi, 20 de noviembre de 2021 – La transformación de las ciudades es clave para superar la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y la contaminación, de acuerdo con un reciente informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y del Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat), que aporta una nueva visión de las urbes del futuro.

El informe Perspectivas del Medio Ambiente Mundial para las Ciudades: hacia ciudades sostenibles y justas identifica la urbanización como uno de los principales impulsores para lograr cambios ambientales y pide una acción urgente para lograr ciudades circulares con cero emisiones netas; ciudades, resilientes, sostenibles, inclusivas y justas.

El informe, que hace hincapié en los vínculos entre las calamidades sociales y ecológicas, establece caminos para superar los principales obstáculos sociopolíticos que perpetúan la desigualdad y el cambio climático.

«Finalizó la COP26 y seguimos fuera de la ruta que nos conduciría a un futuro sostenible. La magnitud del desafío es tal que ningún actor puede arreglar esto solo. Para abordar el cambio climático, la pérdida la biodiversidad y la contaminación en las ciudades, la co-creación de urbes más verdes y equitativas es un imperativo para los líderes de las ciudades, los planificadores urbanos, las comunidades locales, las instituciones nacionales, los científicos, el sector privado y la sociedad civil», explicó Joyce Msuya, directora ejecutiva adjunta del PNUMA.

A través de una revisión de la literatura existente y múltiples estudios de casos, el informe muestra cómo la degradación ambiental afecta la salud física y mental de las personas que viven en centros urbanos, particularmente mujeres, niños y ancianos. Para lograr soluciones efectivas y justas, el informe pide procesos de toma de decisiones y planificación que incluyan a aquellos que generalmente están excluidos.

«Necesitamos urgentemente incluir más voces en la toma de decisiones. Si bien es posible que estas ciudades verdes y equitativas aún no existan, necesitamos liderazgos consistentes, políticas adecuadas y compromisos de desarrollo a escala nacional e internacional para garantizar que los centros urbanos sean justos y sostenibles”, dijo Maimunah Mohd Sharif, directora ejecutiva de ONU-Hábitat.

La infraestructura es un factor crucial para la transformación de las ciudades, pues puede perpetuar los impactos ambientales y sociales durante décadas. Por ejemplo, puede incidir en un aumento de las emisiones de carbono debido a un sistema de carreteras mal planificado o también en los posibles efectos en la salud de tener espacios verdes mal conectados.

Las consecuencias de la infraestructura física son el resultado de la inercia entre los responsables locales con tendencia a tomar decisiones y elaborar presupuestos poco transparentes y de formas jerárquicas; y de los enfoques tradicionales de planificación urbana que perpetúan las desigualdades sociales y las elevadas emisiones de gases de efecto invernadero.

También se relacionan con las limitaciones impuestas a las ciudades por las instituciones nacionales. Por ejemplo, las autoridades urbanas pueden tener una capacidad limitada para descarbonizar su flota de vehículos cuando el control de la red eléctrica recae exclusivamente en el gobierno estatal o federal.

El informe subraya cómo la pandemia de COVID-19 mostró la importancia de la salud del planeta para la salud de las personas y analiza las oportunidades que presenta la recuperación.

De acuerdo a David Miller, exalcalde de Toronto (Canadá), y director para Norteamérica de Ciudades C40, «las respuestas de estímulo económico a la COVID-19 en todos los niveles de gobierno deben centrarse en soluciones verdes y justas, y promover una planificación urbana sostenible y resiliente. Deben enfocarse en áreas como la mejora de los barrios marginados, el suministro de energía limpia y eficiente, y una movilidad más sustentable y saludable, incluyendo el transporte público, y las soluciones para caminar y viajar en bicicleta”.

“Todo esto se puede lograr si dejamos de invertir dinero público en tecnologías de combustibles fósiles y lo redirigimos a planes y proyectos de energía renovable”, añadió Miller.

El informe señala que, si bien las ciudades de los países desarrollados han contribuido más al cambio climático y a la pérdida de biodiversidad, tienen los recursos para adaptarse a algunas de sus consecuencias, mientras que las que están en vía de desarrollo se ven más afectadas por los impactos del cambio climático.

Para impulsar el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el informe pide destinar más apoyo a las ciudades de los países en vías de desarrollo para llevar a cabo acciones de mitigación y adaptación al cambio climático.

«Las ciudades de África subsahariana continuarán enfrentando una serie de desafíos relacionados con el clima en las próximas décadas que se suman al agotamiento de los recursos y a las desigualdades socioeconómicas. Algunos de estos desafíos socavarán nuestra capacidad para abordar los impactos del cambio climático y la rápida urbanización», explicó Maria-Helena José Correia Langa, alcaldesa de Mandlakazi, en Mozambique, y coordinadora del primer capítulo del informe.

Correia añadió que «los esfuerzos sistémicos en la reducción del riesgo de desastres y la adaptación al cambio climático deben mejorarse mediante la participación de la comunidad en el proceso de planificación, y debe incluir a las mujeres y los jóvenes».

Muchas ciudades ya están tomando medidas positivas concretas. Según los informes, 30 ciudades que forman parte del Grupo de Liderazgo Climático de Ciudades C40 redujeron las emisiones, en promedio, un 22% para 2019. Berlín, Londres y Madrid han reducido las emisiones en un 30% y Copenhague ha alcanzado el 61%. En Argentina, Rosario combinó la rehabilitación de asentamientos informales con un plan estratégico de bajas emisiones y un Programa de Agricultura Urbana para lograr múltiples beneficios. Lograr tales transformaciones a una escala profunda sigue siendo una ambición para las ciudades futuras en los próximos años.

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