En definitiva, ¿dónde empiezan los derechos humanos universales? En pequeños lugares, cerca de casa; en lugares tan próximos y tan pequeños que no aparecen en ningún mapa. […] Si esos derechos no significan nada en estos lugares, tampoco significan nada en ninguna otra parte. Sin una acción ciudadana coordinada para defenderlos en nuestro entorno, nuestra voluntad de progreso en el resto del mundo será en vano.»Eleanor Roosevelt

El Día de los Derechos Humanos se celebra cada 10 de diciembre, día en que, en 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH). La Declaración Universal de Derechos Humanos es un documento histórico que proclama los derechos inalienables que corresponden a toda persona como ser humano, independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Está disponible en más de 500 lenguas y es el documento que más se ha traducido en todo el mundo.

IGUALDAD – Reducir las desigualdades, promover los derechos humanos

El tema del Día de los Derechos Humanos de este año está relacionado con la “Igualdad” y el artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.

Los principios de igualdad y de no discriminación son la esencia de los derechos humanos. La igualdad está alineada con la Agenda 2030 y con el enfoque de las Naciones Unidas tal como se define en el documento Shared Framework on Leaving No One Behind: Equality and Non-Discrimination at the Heart of Sustainable Development. Este enfoque incluye abordar y encontrar soluciones para formas arraigadas de discriminación que han afectado a las personas más vulnerables de nuestras sociedades.

La igualdad, la inclusión y la no discriminación, en otras palabras, un enfoque del desarrollo basado en los derechos humanos, es la mejor manera de reducir las desigualdades y reanuda nuestra ruta hacia la consecución de la Agenda 2030.

Construir sociedades mejores, más justas y más ecológicas

UNA ECONOMÍA BASADA EN LOS DERECHOS HUMANOS PUEDE ROMPER CICLOS DE POBREZA

La pobreza en aumento, las desigualdades generalizadas y la discriminación estructural son violaciones de los derechos humanos y suponen uno de los mayores desafíos globales de nuestro tiempo. El poder hacerles frente de una manera eficaz requiere de medidas basadas en los derechos humanos, un compromiso político renovado y la participación de todos, en especial de los más afectados. Necesitamos de un nuevo contrato social que comparta el poder, los recursos y las oportunidades de un modo más justo, y que establezca las bases de una economía sostenible basada en los derechos humanos.

RECONSTRUYENDO DE UNA MANERA MÁS JUSTA: UN NUEVO CONTRATO SOCIAL

Los derechos humanos, incluyendo los derechos económicos, sociales y culturales, así como el derecho al desarrollo y el derecho a un medioambiente seguro, limpio, saludable y sostenible, son básicos para construir una nueva economía basada en los derechos humanos que dé apoyo a sociedades mejores, más justas y más sostenibles para las generaciones presentes y futuras. Una economía con base en los derechos humanos debe ser la base de un nuevo contrato social.

IGUALDAD DE OPORTUNIDADES PARA LOS JÓVENES

Sucesivas crisis económicas y de salud han tenido repercusiones duraderas y multidimensionales para millones de jóvenes. A menos que sus derechos sean protegidos, incluyendo con empleos decentes y protección social, la “generación COVID” corre el riesgo de ser víctima de los efectos perniciosos de la desigualdad y pobreza crecientes.

RECTIFICANDO LA DESIGUALDAD Y LA INJUSTICIA EN RELACIÓN A LAS VACUNAS

La injusticia en relación a las vacunas debido a la injusta distribución y el acaparamiento de las vacunas contraviene normas internacionales legales y de derechos humanos, así como el espíritu de la solidaridad global. El llamamiento a una agenda común y a un nuevo contrato social entre los Gobiernos y sus pueblos es lo que se necesita en estos momentos para poder reconstruir la confianza y asegurar una vida digna para todos.

AVANZANDO EN EL DERECHO A UN MEDIOAMBIENTE SANO Y A LA JUSTICIA CLIMÁTICA

La degradación medioambiental, que incluye el cambio climático, la contaminación y la pérdida de hábitats naturales afecta de forma desproporcionada a las personas, grupos y personas en situaciones vulnerables. Estas repercusiones agravan las desigualdades existentes y afectan de forma negativa a los derechos humanos de las generaciones presentes y futuras. En consonancia con el reconocimiento del derecho humano a un medioambiente limpio, sano y sostenible tal como establece el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, se deben emprender medidas urgentes para respetar, proteger y hacer realidad este derecho. Estas acciones deben formar la piedra angular de una nueva economía con base en los derechos humanos que pueda producir una recuperación ecológica de la COVID-19 así como una transición justa.

PREVENIR EL CONFLICTO Y CONSTRUIR RESILIENCIA A TRAVÉS DE LA IGUALDAD, INCLUSIÓN Y LOS DERECHOS HUMANOS

Los derechos humanos tienen el poder de abordar las causas originarias del conflicto y la crisis, atendiendo a las demandas, eliminando las desigualdades y la exclusión y permitiendo que las personas participen en la toma de decisiones que afectan a sus vidas. Las sociedades que protegen y promueven los derechos humanos para todo el mundo son sociedades más resilientes, están mejor capacitadas gracias a los derechos humanos para capear crisis inesperadas como pandemias y las repercusiones de la crisis climática. La igualdad y la no discriminación son claves para la prevención: todos los derechos humanos para todos garantiza que todo el mundo tiene acceso a las ventajas de tipo preventivo que suponen los derechos humanos pero, cuando ciertas personas o grupos son excluidos o se enfrentan a discriminación, la desigualdad impulsará el ciclo de los conflictos y las crisis.

A la izquierda, unas niñas en la escuela levantando la mano. A la derecha vemos un grupo de personas haciendo una cadena humana.«Todos humanos, todos iguales» es el eslogan de este año con motivo del Día de los Derechos Humanos  FOTO:© Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

En definitiva, ¿dónde empiezan los derechos humanos universales? En pequeños lugares, cerca de casa; en lugares tan próximos y tan pequeños que no aparecen en ningún mapa. […] Si esos derechos no significan nada en estos lugares, tampoco significan nada en ninguna otra parte. Sin una acción ciudadana coordinada para defenderlos en nuestro entorno, nuestra voluntad de progreso en el resto del mundo será en vano.»Eleanor Roosevelt

El Día de los Derechos Humanos se celebra cada 10 de diciembre, día en que, en 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH). La Declaración Universal de Derechos Humanos es un documento histórico que proclama los derechos inalienables que corresponden a toda persona como ser humano, independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Está disponible en más de 500 lenguas y es el documento que más se ha traducido en todo el mundo.

IGUALDAD – Reducir las desigualdades, promover los derechos humanos

El tema del Día de los Derechos Humanos de este año está relacionado con la “Igualdad” y el artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.

Los principios de igualdad y de no discriminación son la esencia de los derechos humanos. La igualdad está alineada con la Agenda 2030 y con el enfoque de las Naciones Unidas tal como se define en el documento Shared Framework on Leaving No One Behind: Equality and Non-Discrimination at the Heart of Sustainable Development. Este enfoque incluye abordar y encontrar soluciones para formas arraigadas de discriminación que han afectado a las personas más vulnerables de nuestras sociedades.

La igualdad, la inclusión y la no discriminación, en otras palabras, un enfoque del desarrollo basado en los derechos humanos, es la mejor manera de reducir las desigualdades y reanuda nuestra ruta hacia la consecución de la Agenda 2030.

Construir sociedades mejores, más justas y más ecológica

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