Alrededor de un 95 % de los trabajadores informales de la región insular, altamente dependientes del turismo, dejaron de percibir ingresos, y poco a poco fueron encontrando en el agro y la pesca local una forma de diversificar su economía.

El Islote Sucre, o Jhonny Cay, puede albergar simultáneamente a 854 turistas en un día, lo que convierte a este cayo –el más grande de la Isla– en una importante fuente de empleo directo para un poco más de 100 familias isleñas. Sin embargo, los confinamientos impuestos en 2020 para contrarrestar los efectos del COVID-19 y el posterior paso del huracán Iota impactaron directamente en la calidad de vida de los trabajadores de la región insular, altamente dependientes del turismo, uno de los sectores más afectados por la pandemia. 

Tal situación ha obligado a realizar esfuerzos para fortalecer el sector agrario y la pesca artesanal, actividades tradicionales que han ido quedando desplazadas, pero que resultan esenciales para la seguridad alimentaria.

Los profesores Raúl Román Romero y Silvia Mantilla, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), relatan en este episodio de Territorio 360 °, serie de microdocumentales producida por Televisión UNAL, que el 50 % de los 101 trabajadores informales encuestados señalaron que consiguieron sobrevivir a esta profunda crisis gracias a la reactivación de las redes sociales –familiares y comunitarias, especialmente entre la comunidad raizal– y a que lograron adquirir unas nuevas prácticas de agricultura local.

El estudio con los trabajadores informales se realizó en el marco del proyecto de Extensión Solidaria “Efectos de la pandemia COVID-19 en las condiciones socioeconómicas de la población vulnerable que desempeña actividades turísticas informales en San Andrés isla y Cartagena de Indias”.

Otros datos obtenidos de la investigación adelantada por los profesores Román y Mantilla, junto con su colega Francisco Maza Ávila, docente de la Universidad de Cartagena, fueron que el 81,19 % de los vendedores informales que laboran en dicho parque regional del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina son de los estratos 1 y 2. 

El 83,17 % de este gremio son hombres y el 16,83 % mujeres. El 57,43 % de los hombres adultos se están entre 35 y 64 años  y el 39,6 % son adultos jóvenes; la media de la edad es de 38,4 años.

En cuanto a formación académica, solo el 27,72 % de ellos alcanzan el grado de bachiller, el 9,9 % son técnicos, el 6,93 %, tecnólogos, y sorprende que solo el 7,92 % obtienen títulos profesionales universitarios.

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