Javier Albisu.- EFEverde.- La Comisión Europea presentó este miércoles un amplio paquete de iniciativas para fomentar la economía circular y alargar la vida útil de los productos, de forma que puedan repararse con facilidad cuando se estropeen y que sus componentes se reutilicen al máximo cuando vayan a la basura.

«Queremos que la moda rápida se pase de moda», dijo en una charla previa a la presentación con medios de comunicación el comisario europeo de Medioambiente, Virginijus Sinkevicius, para resumir el espíritu de las propuestas con vistas a impulsar una economía más sostenible para 2030.

El comisario lituano consideró que «la gente está cansada de productos que se rompen en cuanto pasa la garantía y que son muy difíciles de reparar, o de ropa que se desgarra después de unos cuantos lavados» y la ciudadanía exige «que duren más y que sea más barato arreglarlos».

Ecodiseño

El paquete legislativo, que se estructura en tres grandes bloques, arranca con una propuesta de revisión del Reglamento de la Directiva de Ecodiseño para abordar el ciclo de vida de todos los productos desde la fase de su concepción, donde la Comisión identifica que se determina el 80 % de impacto medioambiental, y así imprimir un carácter más sostenible en toda la cadena de valor.

La propuesta pretende imponer requisitos concretos no sólo de eficiencia energética, sino también de sostenibilidad. Pero para establecerlos la Comisión ha creado un «grupo de trabajo» que estará en contacto con la industria y se espera empiecen a definirse las especificaciones hacia finales de año.

«Iremos grupo de productos a grupo de productos, empezando con los que posiblemente tengan más impacto medioambiental, y cada grupo tendrá diferentes características», explicó Sinkevicius, quien precisó que no afectará a alimentos y medicinas pero sí a productos intermedios como el acero, es decir, en torno al 65 % de los productos que generan CO2.

Virginijus Sinkevicius. EFE/EPA/OLIVIER HOSLET

Esa revisión entronca con una voluntad de ampliar la información disponible para los consumidores, reforzando las normas de etiquetado y creando un «pasaporte digital» medioambiental donde se indique claramente cómo reparar o reciclar el objeto en cuestión.

Bruselas quiere también que las autoridades públicas lideren con el ejemplo en licitaciones donde se introduzcan incentivos para productos sostenibles y, de paso, evitar una fragmentación del mercado único comunitario, pues hay países que han empezado a legislar a nivel nacional.

«No creamos barreras, sino que creamos las condiciones para que se alcancen los objetivos de desarrollo sostenible», aseguró el comisario lituano.

Textil

La segunda pata del paquete de economía circular es un documento que marca la senda para que el sector textil acometa una transición para el horizonte de 2030 pues esa industria es la cuarta que más contribuye al cambio climático -tras alimentación, vivienda y movilidad- y la tercera en uso de agua y tierra.

Sólo el 1 % de los productos textiles es de origen reciclado, lo que supone que cada europeo tira 11 kilos de ropa al año, según la Agencia Europea del Medioambiente.

Bruselas quiere impulsar que se utilicen fibras recicladas y libres de productos químicos peligrosos y que la industria textil, donde el 75 % son mujeres, vele por que se respeten los derechos sociales de los trabajadores.

A futuro, Bruselas establecerá requisitos de diseño ecológico específicamente para textiles y medidas para evitar que liberen microplásticos, probablemente empezando con productos de moda doméstica como alfombras o cortinas, explicó el comisario.

Por ahora no se fijan objetivos específicos de reciclaje en la industria textil, pero la Comisión no lo descarta para más adelante.

Mientras tanto, Bruselas pide a las firmas de moda que se lancen menos colecciones al año y que se fomenten los servicios de reutilización y reparación, invitando a los Estados miembros a ofrecer un tratamiento fiscal favorable a estos negocios.

Construcción

El tercero de los ejes de las propuestas de la Comisión para impulsar una economía más circular se refiere a los productos de construcción, un sector que emplea a unas 25 millones de personas en la Unión Europea.

Los edificios son responsables del 40 % del consumo de energía en la UE, del 36 % de las emisiones de CO2, de alrededor del 50 % de la extracción y el consumo de recursos y de más del 30 % del total de residuos de la UE generados al año, según datos de la Comisión.

La Comisión detecta gran potencial en la actividad inmobiliaria para avanzar hacia la sostenibilidad y modernizará el Reglamento de Productos de Construcción vigente desde 2011 con vistas a generalizar el uso de materiales que, en virtud del estado de la ciencia, sean «más duraderos, reparables, reciclables y fáciles de volver a fabricar» que hace una década.

«Es hora de poner fin al modelo de ‘coger, hacer, romper y tirar’ que es tan dañino para nuestro planeta, nuestra salud y nuestra economía», señaló en un comunicado el vicepresidente comunitario encargado del Pacto Verde, Frans Timmermans, quien aseguró que las propuestas de la Comisión «garantizarán que en Europa solo se vendan los productos más sostenibles». EFEverde