Vehículos sostenibles como la bicicleta o la moto eléctrica han incrementado su número en España poco a poco a lo largo de los últimos diez años pero, «desde la pandemia este proceso se ha acelerado», han explicado a Efe varios expertos del sector.
Según el informe más reciente de la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE), en 2021 se vendieron más de 223.000 bicicletas eléctricas, una cifra a las que hay que añadir las casi 75.000 motos eléctricas computadas en 2020 por la Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas (ANESDOR).
Si bien la clásica bicicleta de montaña sigue siendo, por el momento, el tipo de vehículo de este tipo más vendido en España, el secretario general de AMBE, Jesús Freire, está convencido de que “en unos años, la eléctrica será la más comercializada en todas sus categorías: deporte, ocio, transporte…, de acuerdo con la trayectoria ascendente que estamos apreciando en los últimos registros”.Freire ha precisado que este cambio no está relacionado sólo con la sostenibilidad sino también con “un estilo de vida saludable” que permite «combatir malos hábitos como el sedentarismo”.
Empresas como Lime, considerada la mayor compañía de bicicletas y patinetes eléctricos compartidos del mundo y que a lo largo de estos últimos años han extendido su actividad en las grandes urbes españolas, consideran que el sector disfruta ahora mismo de “buena salud”.
Así lo indica Arnau Pérez, responsable de relaciones instituciones de esta compañía en España, quien define el transporte de dos ruedas eléctricas como un “tipo de movilidad complementaria al transporte público y sustitutiva del coche privado”.
Su tendencia al alza, tanto en vehículos compartidos como propios, «desde la pandemia se ha acelerado, lo que ha supuesto un punto de inflexión para su crecimiento”.
El último informe de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), correspondiente a 2020, parece corroborar este hecho al certificar que las matriculaciones de coches se han reducido en todas las comunidades autónomas respecto al año anterior, mientras que las de vehículos alternativos alcanzaron el 19 % de la cuota total de mercado.
Esto supone un crecimiento del 30,7 %, unos datos que avalan “el fuerte impulsoque el sector de la automoción está llevando a cabo en favor de los objetivos de descarbonización del parque”.
Madrid, Cataluña e Islas Baleares figuran en las estadísticas como las regiones españolas líderes en electromovilidad en el informe de ANFAC, que cita específicamente a «los automóviles alternativos”, mientras que el dossier de ANESDOR, desglosado por provincias, menciona las de Madrid, Barcelona y Baleares como los lugares “donde los vehículos eléctricos de dos ruedas tienen una mayor importancia”.
Falta de ayudas
Freire opina que el cambio hacia una movilidad sostenible es «inevitable» pero llama la atención sobre el hecho de que el sector de la bicicleta “no cuenta con ayudas que lo faciliten” a nivel nacional, pese a que en España «existen este tipo de subvenciones a la compra de vehículos sostenibles».
Por alguna razón, «la bicicleta está excluida de esa lista, aunque en la gran mayoría de los países de la Unión Europea tiene consideración de sostenible».
Sí hay algunas iniciativas municipales e incluso autonómicas para facilitar la compra de este tipo de vehículo pero insiste en que “es necesario que se fortalezca la vía estatal”, destacando la relevancia de este vehículo también desde el punto de vista económico «ya que 7 de cada 10 bicicletas eléctricas se producen de forma local”. EFEVerde