«¡Los derechos de las mujeres son derechos humanos!

¡Fin a la Fístula ya!»

La fístula obstétrica es una de las lesiones más graves y trágicas que pueden ocurrir durante el parto. Se trata de un orificio entre el canal del parto y la vejiga o el recto causado por la prolongación u obstrucción de un parto sin recibir tratamiento médico oportuno de alta calidad.

Este problema es perfectamente prevenible con el correcto asesoramiento y atención médica y, el hecho de que ocurra, es considerado una violación de los derechos humanos y un recordatorio de las graves desigualdades existentes.

Debemos erradicar este tipo de lesiones como un paso fundamental para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y hacer realidad la promesa de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, así como el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, planes centrados en los derechos de las mujeres, incluyendo cómo no sus derechos sexuales y reproductivos. 

Para ello, el Fondo de Población de las Naciones Unidas, principal agencia de la ONU en esta materia y responsable del Día Internacional, ha editado un manual de orientación en el camino hacia el logro de la salud, la igualdad de género y los derechos humanos para todos.

Portada de la nueva guía sobre la fístula obstétrica

Fístula Obstétrica y sus variedades: principios de atención clínica y desarrollo de programas

El también llamado «manual naranja», ahora con herramientas y recursos actualizados, ha sido durante mucho tiempo la única guía autorizada y estándar de referencia para la eliminación de la fístula obstétrica desde el prisma de programación, política, prevención, tratamiento y reintegración social, entre otros.MANUAL

Conseguir erradicar la fístula para 2030

En 2020 comenzó la cuenta atrás para cumplir el objetivo de erradicar la fístula obstétrica para 2030, tal cual refleja el último informe del Secretario General. En dicho documento se aportan datos y un plan y estrategias necesarias para conseguir este ambicioso pero real objetivo.

Existen maneras de prevenir esta lesión: retrasar la edad del primer embarazo, poner fin a ciertas prácticas tradicionales nocivas y proporcionar un acceso oportuno a la asistencia obstétrica.

Sin embargo, este objetivo se ha visto amenazado por la pandemia mundial. Más mujeres y niñas corren el riesgo de sufrir una fístula obstétrica debido a la sobrecarga de los sistemas de salud. Además, se ha producido una suspensión generalizada de las reparaciones de fístulas por considerarse que no son urgentes y porque los hospitales han desviado recursos para atender a los pacientes con COVID -19.

Se prevé que haya 13 millones más de matrimonios infantiles en el curso de 10 años a causa de la pandemia debido a que muchas familias se apresuran a casar a sus hijas para reducir los costes familiares, especialmente ante las consecuencias económicas del coronavirus.

Todo ello hace más que probable el aumento de los casos de fístula.

En el período de recuperación posterior a la COVID-19 se necesitarán nuevas estrategias para hacer frente a la acumulación previsible de casos atrasados.

Con este posible futuro escenario, ahora más que nunca, es importante pedir a la comunidad internacional que utilice el Día Internacional para la Erradicación de la Fístula Obstétrica para aumentar significativamente la conciencia sobre el problema e intensificar las acciones para terminar con la fístula obstétrica, así como instar a realizar seguimientos posoperatorios y apoyo a las pacientes que la padecen.