«Escuchar, llegar a acuerdos y trabajar conjuntamente» con actores vinculados al territorio «ya sean ganaderos, pescadores o propietarios de fincas» es la fórmula para alcanzar la protección eficaz y posterior recuperación de una especie, ha asegurado a EFE Nuria El Khadir.
Esta bióloga y directora de la fundación para Conservación de la Biodiversidad y su Hábitat (CBD Hábitat) se ha mostrado agradecida por el galardón de Defensa del Patrimonio Natural, incluido en los Premios Ones Mediterrània que este viernes recibirá en Tarragona durante la gala de su XXVIII edición, por la protección de especies emblemáticas como el lince ibérico, la foca monje o algunas aves necrófagas.
«Llevamos 23 años trabajando en primera línea en distintos territorios y hasta ahora nunca se nos había reconocido este trabajo», por lo que se siente gratificada ya que «a veces es necesario que alguien te diga: ‘lo estáis haciendo bien, seguid adelante’».
La fundación emplea financiación tanto pública como privada para mantener su actividad pero los presupuestos siempre se quedan cortos por lo que «queremos hacer un llamamiento porque tienen que salir muchos más fondos».
En la actualidad «dependemos de las administraciones» y también del apoyo de la Comisión Europea que, a través de los proyectos LIFE, «financia un 60 % o un 75 % en algunos casos» de cada proyecto, pero «el 40 % restante hay que buscarlo».
Por eso son importantes los acuerdos de colaboración sobre el terreno para facilitar la conservación y el seguimiento, como sucedió en el caso del lince ibérico cuya recuperación «comenzó desde el campo y, paralelamente, se trajeron ejemplares tanto de Doñana como de Andújar a centros de cría que han funcionado muy bien».
Programas para la conservación de especies
El programa ‘El retorno del príncipe’ colabora con el proyecto ‘Life LynxConnect» de la Junta de Andalucía y de él forman parte una veintena de colaboradores -biólogos, naturalistas, ingenieros forestales…- gracias a la contribución económica de la Comisión Europea.
«Fuimos los pioneros en el año 1999 cuando cerramos los primeros acuerdos con las propiedades privadas donde quedaban los últimos linces», una especie que estuvo a punto de extinguirse y que en los últimos años ha logrado recuperarse desde el centenar de ejemplares que quedaban en 20o1 hasta los cerca de 1.200 que habitan hoy en distintos puntos de la península ibérica.
Otra intervención afortunada fue la de la foca monje, a través del programa ‘El momento decisivo’ que permitió recuperar a esta especie «trabajando con técnicas nuevas y con la colaboración del gobierno de Mauritania» hasta alcanzar a día de hoy los 350 ejemplares.
La dificultad de trabajar con especies amenazadas ha llevado a CBD Hábitat «nos ha obligado a desarrollar nuestras propias metodologías y tecnologías, fundamentales para el diseño de las medidas de conservación» y que más tarde «han sido ampliamente utilizadas por otros proyectos de conservación».
Un tercer proyecto, que finalizó «con éxito» en julio de 2020 es el de ‘Aliadas aladas’ que trabaja por la recuperación de aves necrófagas instaladas en diversos puntos de la Red Natura 2000 y del buitre negro en particular, además de la restauración de sus hábitats de alimentación en Castilla y León.
Esta región es «una de las áreas de mayor relieve para la conservación y expansión del buitre negro en Europa» y en la iniciativa colaboraron varias instituciones autonómicas así como más de medio millar de explotaciones ganaderas y una treintena de asociaciones, cooperativas y organizaciones. EFEverde