Las lecciones aprendidas y la experiencia adquirida sobre la interacción entre los factores meteorológicos y de calidad del aire y el COVID-19 pueden servir como modelo para informar las respuestas globales a futuras emergencias de salud pública y pandemias, concluyó un equipo de trabajo de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Durante la pandemia de COVID-19, muchos Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) buscaron brindar información útil y procesable para ayudar a comprender y gestionar la pandemia y el apoyo a la toma de decisiones relacionado. Dado que se sabía poco sobre la influencia de los factores ambientales en la transmisión de enfermedades, al comienzo de la pandemia, la OMM creó un Equipo de trabajo de investigación de COVID-19 sobre el uso apropiado de la información meteorológica, climática y de calidad del aire para COVID-19. La programación conjunta existente entre la Organización Mundial de la Salud y la OMM ayudó a establecer rápidamente la colaboración entre expertos mundiales en meteorología y salud.

El Equipo de trabajo de investigación ahora ha emitido recomendaciones que brindan una descripción general del conocimiento, las reflexiones y las lecciones aprendidas. Está diseñado para brindar asesoramiento a los SMHN con respecto a la prestación de servicios para la COVID-19, dado que la comunidad de la OMM puede proporcionar información útil para apoyar al sector de la salud durante una pandemia o brotes localizados y emergencias de salud pública.

Actualiza el estado actual de comprensión de la calidad meteorológica y del aire (MAQ) que afecta la transmisión del SARS-COV-2 y la gravedad de la COVID-19 del primer informe del Equipo de trabajo de la OMM sobre la COVID-19 | E-Library, en particular en referencia a preguntas sobre estacionalidad, calidad del aire y peligros compuestos.

Las recomendaciones se emitieron durante la sesión anual del Consejo Ejecutivo de la OMM, que se centra en el fortalecimiento de los servicios meteorológicos, climáticos, hídricos y ambientales para atender las necesidades de la sociedad.

El conocimiento científico

Equipo de trabajo de investigación de la OMM sobre la COVID-19
La influencia de los factores meteorológicos y de calidad del aire (MAQ) en la transmisión del SARS-CoV-2 y la gravedad de la COVID-19 sigue siendo un tema de investigación activo. Pero parece que otros factores, incluida la cobertura de vacunas, las nuevas variantes, las intervenciones gubernamentales y las medidas y comportamientos de protección personal, son los principales impulsores.

Sin embargo, la información de MAQ se puede usar de manera efectiva para diseñar y ejecutar intervenciones relacionadas con COVID-19, p. para la logística del manejo de vacunas, implementando ventilación adecuada o filtración de aire en espacios interiores, establecimiento de hospitales de campaña y manejo de peligros ambientales compuestos.

Estacionalidad: la transmisión de algunos virus respiratorios varía estacionalmente, incluida la influenza y otros coronavirus humanos, y los brotes generalmente ocurren durante los meses de invierno en las zonas templadas. Hay evidencia emergente de que la transmisión de SARSCoV-2 puede verse favorecida en condiciones invernales en regiones templadas, debido a una mayor concentración de personas en áreas interiores menos ventiladas. Sin embargo, no se puede suponer una reducción del riesgo durante las estaciones cálidas, ya que otros factores pueden dominar la influencia estacional en los perfiles de riesgo generales.

Calidad del aire: una serie de estudios epidemiológicos han sugerido que la exposición a largo plazo a los contaminantes del aire, incluidas las partículas (PM), el ozono (O3) y el dióxido de nitrógeno (NO2), se asocia con síntomas más graves de COVID-19 y una mayor probabilidad de la muerte. Todavía está surgiendo evidencia sobre la influencia de la exposición a la contaminación del aire a corto plazo en el riesgo de COVID-19.

Peligros compuestos: La pandemia de COVID-19 se combinó con los riesgos meteorológicos y climáticos para crear múltiples eventos de peligros compuestos importantes que desafiaron a las autoridades locales a adherirse a los protocolos de prevención de enfermedades, mientras manejaban los eventos climáticos extremos. Los ejemplos incluyen ciclones y huracanes que requirieron evacuaciones a gran escala, inundaciones que desplazaron a las personas a viviendas temporales y eventos de calor extremo que obligaron a algunos a buscar entornos compartidos con clima controlado. Los servicios meteorológicos tienen un papel de liderazgo que desempeñar en la preparación y respuesta a tales eventos de peligros compuestos.

El camino a seguir

“La respuesta global positiva a la pandemia se ha visto respaldada por un acceso sin restricciones y sin precedentes a conjuntos de datos que antes no estaban disponibles de forma rutinaria. Dicho acceso debe continuar para garantizar que las intervenciones actuales y futuras y los servicios transversales puedan depender de estos datos vitales para ayudar a abordar los desafíos”, dice la nota informativa.

La lucha por el intercambio de datos e información al comienzo de la pandemia enfatiza la necesidad de establecer una colaboración a largo plazo entre los servicios meteorológicos, climáticos y ambientales y las comunidades de salud pública, incluidos académicos, profesionales, legisladores y financiadores. Debe haber funciones y responsabilidades correspondientes claras para apoyar la investigación y la respuesta críticas de salud pública.

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