Tres puntos. Los que hacían falta, los que hacían falta: para la clasificación, para reiniciar. Un protagonista absoluto: Lautaro Martínez. Total, muy fuerte, estrella: dos goles de un centrodelantero puro, un esfuerzo total que ayudó al Inter a remontar con tres puntos de Cremona, después de un partido temprano en el que los locales se adelantaron. 2-1, por tanto, en la remontada. Juego no trivial y obvio, juego bien jugado con 30 tiros, 66% de posesión del balón, 14 saques de esquina. El fútbol siempre ofrece sorpresas y de hecho Cremonese intenta, hasta el minuto 94, arrebatarle el empate: sólo emoción, la victoria es para el Inter, no hay duda.
La actitud y el enfoque de una carrera son buenas pruebas de fuego para ver si un equipo ha absorbido una decepción y está listo para volver. El Inter de Inzaghi, de vuelta de la derrota ante el Empoli, salta al campo en Cremona sin Barella y Skriniar, descalificado, pero con una voluntad precisa y firme: atacar, construir, ganar. En los primeros ocho minutos en Zini, donde el Inter no jugaba desde 1996, el equipo de Inzaghi sumó seis saques de esquina. Cremonese casi contra las cuerdas y… por delante. La inescrutabilidad del fútbol dibuja el escenario clásico, con el equipo local encontrando el gol en la primera acción ofensiva: un golazo (como en la ida en San Siro) de Okereke, con un derechazo en el cruce, a los 11 minutos.
Todo por rehacer, con el hándicap de la portería por reponer. El desfase técnico necesariamente debe producir importantes ocasiones de gol, la voluntad debe asegurar todo lo demás. El Inter reacciona y lo hace apoyándose en sus dos delanteros centro, Dzeko y Lautaro. De uno de los tantos córners, en el minuto 21, el empate: volea con la derecha de Edin, parada de Carnesecchi, fantástico despeje de zurda que cae de Lautaro, para el 1-1.
El 9 y 10: adelante a la caza del doblete, pero el Cremonese de Ballardini sabe qué hacer, o más bien esperar a la derecha pero también aprovechar la velocidad de Okereke y el brío de Sernicola por derecha. Benassi siempre llega al área en el momento adecuado, Ciofani se mueve bien. Carnesecchi luego mantiene vivo el partido con una doble hazaña sobre Dimarco y Lautaro.
Dimarco, siempre peligroso con la zurda, asusta al Cremonese en el inicio de la segunda parte, con el poste ayudando al portero local. Ballardini no se rinde, jugando al ataque con sustituciones. El Inter, sin embargo, tiene el eje Dzeko-Lautaro, y finalmente toma la delantera. En el 65′ Balón vertical iluminador de Edin para Lautaro que, como delantero centro puro, defiende el balón y lo cruza imparable (incluso con un desvío).
Los cambios de Ballardini revelan aún más a Cremonese, Inzaghi cambia la pareja de delanteros. Asllani es el hombre designado para gestionar los ritmos del último cuarto de hora, minutos en los que el equipo de la casa es peligroso en al menos dos circunstancias con Buonaiuto. Darmian, en el 78′, fue providencial con una atajada en el área pequeña. El Inter no encontró al trío, gracias a otra atajada de Carnesecchi (sobre Dumfries, con una carambola en el larguero), pero encontró la victoria y los tres puntos que le llevaron al puesto 40 de la clasificación.
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