El hielo antártico está siendo vigilado para conocer su comportamiento de cara al calentamiento global, lamentablemente parece estarse derritiendo más rápido de lo que las proyecciones auguraban. Por años consecutivos el volumen de hielo se ha reducido hasta un mínimo histórico durante los meses de verano, lo que significa que cuando llega el invierno la capa de hielo no puede recuperarse y poco a poco va perdiendo extensión.

La Península Antártica es la región más hacia el norte y cálida de la Antártida, es por lo tanto, la zona que enfrenta en primera línea la llegada de aguas más cálidas provenientes del norte que han experimentado un aumento en la temperatura debido al cambio climático. Pero además, es el hogar de miles de seres pues es un rico ecosistema marino albergado en una columna montañosa de mil kilómetros de largo.
Precisamente por su gran tamaño, el hielo antártico presente en la península ha causado preocupación en los científicos, debido a que un derretimiento total de la región, ingresaría cantidades importantes de agua al océano y elevaría al menos 7 centímetros el nivel global del mar.
El hielo antártico está en declive
Las últimas investigaciones sugieren que una pérdida significativa de hielo antártico está ocurriendo en la península. Actualmente el hemisferio sur está experimentando el verano, periodo en que naturalmente hay derretimientos, no obstante, los datos recopilados por el Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve (NSIDC) de los Estados Unidos, sugieren que el hielo antártico ha arrojado la extensión más baja en 45 años de registros satelitales, al retroceder 1.91 millones de kilómetros cuadrados.

Al mismo tiempo aunque de manera separada, la Agencia Aeroespacial Europea (ESA) informó que sus científicos revisaron imágenes satelitales de la misión Copernicus en un periodo del 2014 al 2021. Los datos sorprendieron a los investigadores al descubrir qué tan rápido 105 de los glaciares de la costa oeste de la Antártida, fluyen durante los meses de verano.
La costa oeste antártica es la región en donde más de 100 glaciares drenan el hielo directamente hacia el Océano Antártico. Con esto en mente, el equipo de investigadores de la ESA, procesaron más de 10 mil imágenes de radar del satélite Copernicus Sentinel-1. Gracias a esto, obtuvieron una visión más clara sobre la velocidad de desplace de los glaciares y los resultados no son muy esperanzadores.
La ESA describe que los glaciares que experimentan el mayor cambio estacional, en realidad fluyen un 22% más rápido en verano que en invierno. Y tomando en cuenta que todos los glaciares de la región están acelerando un 12% en promedio, puede decirse que las condiciones de derretimiento, aún podrían empujar la extensión del hielo más hacia el interior del continente helado.

Estos resultados se conjugan con los obtenidos por el NSIDC, que detallan cómo el hielo antártico podría colapsar mucho antes de lo que las proyecciones auguraban. “La tendencia a la baja en el hielo marino puede ser una señal de que el calentamiento global finalmente está afectando el hielo flotante alrededor de la Antártida”, dice el NSIDC. “Pero tomará varios años más para estar seguro de ello. La menor extensión del hielo marino significa que las olas del océano golpearán la costa de la capa de hielo gigante, reduciendo aún más las plataformas de hielo alrededor de la Antártida”.
El video compartido por la ESA, es el claro ejemplo del comportamiento del hielo antártico. En él se puede apreciar cómo disminuye considerablemente el flujo de hielo del glaciar Trooz, en la costa oeste de la Península.
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