Madrid.- Actualmente el consumo de los diferentes tipos de materiales asciende a 100.000 millones de toneladas, lo cual causa el 50 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y el 90 por ciento de pérdida de biodiversidad, asegura a EFE el presidente de la Asociación para la Sostenibilidad y el progreso de las Sociedades (Asyps), Luis M. Jiménez Herrero.

Consumo de materiales al alza para 2060

“Y para 2060, Naciones Unidas estima que la cifra ascenderá a 190.000 millones de toneladas, casi el doble que ahora”, añade Jiménez, quien acaba de publicar “Emergencia planetaria y transición socioecológica. Gobernar un futuro sostenible y resiliente en alianza con la naturaleza”, de Ecobook Editorial del Economista.

El presidente de la Asociación para la Sostenibilidad y el progreso de las Sociedades (Asyps), Luis M. Jiménez Herrero. Imagen cedida por el autor. EFE

Sostiene que decidió escribir este libro que consta de seis capítulos,  para “hacer esta nueva reflexión y analizar la actual emergencia planetaria que está bien visibilizada por un cambio global y por la crisis climático-ambiental que nos adentra en la nueva era del Antropoceno”, en un “momento clave para la humanidad y el planeta”.

Actualmente, “se habla mucho de este concepto entendido como la capacidad del ser humano para decidir los designios de la Ecosfera. Pero sería mejor hablar del Capitaloceno, por ser el capital el que modela el mundo moderno y el sistema económico dominante”, subraya.

Jiménez Herrero, doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), sostiene que para “transitar urgentemente hacia patrones de producción y consumo sostenibles, resilientes y equitativos” se requiere “un cambio sustancial del sistema económico a fin de que se puedan satisfacer las necesidades humanas y mantener el equilibrio ecológico”.

En Europa “vivimos actualmente consumiendo recursos naturales y generando una huella ecológica muy por encima de la capacidad biológica utilizable, prácticamente como si tuviéramos disponible tres planetas”, asegura y lamenta “no es fácil parar esto”.

Caminar hacia grandes transformaciones

Se requieren “grandes transformaciones no sólo en las políticas y en las formas de hacer las políticas, sino, sobre todo, se tienen que producir cambios profundos en los esquemas mentales y en las formas de pensar que están dominadas por una visión antropocéntrica y utilitarista, subraya el presidente de Asyps, quien tiene una dilatada trayectoria en el ámbito de la investigación y de la pedagogía de la sostenibilidad desde finales de los años setenta en la UCM.

Jiménez Herrero sostiene que para aspirar a una buena vida para todos es necesario “fijar espacios seguros entre un techo ecológico tomando en cuenta los límites plantetarios y un suelo social marcado por los límites sociales que asegure formas de vivir dignas para todos, aunque es una tarea “extremadamente difícil y compleja”.

El subtítulo del libro recoge los tres principios actuales de una buena gobernanza, en clave con la sostenibilidad, la resiliencia y capital natural, desde el ámbito global al local, y, más aun, tomando conciencia de su interconexión y el sentido de lo “glocal”.

Decrecimiento y regeneración

Como alternativa a la situación se manifiesta partidario de un “decrecimiento socialmente sostenible” , pero garantizando “una dieta saludable en el consumo de recursos” como “opción socialmente justa entre clases sociales y entre países”.

Se muestra partidario de la “regeneración” para devolver al planeta más de los que se saca de él, pero hay que ir más allá de “simples procesos de reverdecimiento y de simples reajustes ambientales del Producto Interior Bruto (PIB)”.

Sabedor de que “el tiempo disponible se acaba y los impactos ambientales cada vez provocan procesos más irreversibles”, sostiene que es necesario asumir la necesidad de una “gran transformación socioecológica en el siglo XXI basada en una serie de transiciones de sostenibilidad (energía renovable, economía verde, circular, hipocarbónica) que tienen que definirse de aquí a 2030 y a más largo plazo para 2050 para aspirar a un “mundo sostenible y solidario”. EFEverde