Pinceladas pastel aparecieron en el cielo de Finlandia, llamadas nubes arcoíris son una rareza de la atmósfera que demuestran la complejidad del planeta Tierra.
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La burbuja que nos mantiene protegidos del gélido espacio exterior, es una compleja mezcla de diferentes tipos de gases que forman las esponjosas y algodonosas nubes que solemos ver desde la superficie terrestre, pero la atmósfera es tan compleja que de vez en cuando se propician las condiciones idóneas para la aparición de nubes arcoíris. Se trata de un espectáculo extraordinario del frío.
El orbe complejo al que llamamos hogar es tan diverso que en cada una de sus regiones, aparecen fenómenos sublimes que embelesan a todo aquel que se deje atrapar por la belleza de la naturaleza. En las regiones intertropicales tenemos por ejemplo el Sol cenital, un día inusual en el que las sombras desaparecen por completo del suelo. Pero las regiones más hacia los polos no se quedan atrás, tienen las auroras polares que evidencian el escudo magnético que nos protege de la radiación solar.
Pero además, el frío de las regiones más hacia los polos también es el escenario perfecto para la formación de las nubes arcoíris, que inundan la cúpula celeste con colores pastel que se extienden por el horizonte. Formalmente se llaman nubes estratosféricas polares (PSC) y son una rareza del cielo, que necesitan condiciones específicas del clima para hacer su aparición.
Nubes arcoíris, pinceladas celestes
Se forman a altitudes de la estratosfera, entre 15,000 y 25,000 metros sobre la superficie terrestre, lo cual es extraño ya que las nubes normalmente no se forman en esta región de la atmósfera. Pero cuando las temperaturas descienden por debajo de los 83ºC bajo cero, la magia del ciclo del agua hace lo suyo y convierte las gotas de agua en finos cristales de hielo. Luego cuando la luz del sol incide sobre las gélidas nubes desde cierto ángulo, el espectáculo comienza, la luz se descompone en los colores del arcoíris y forma nubes onduladas de tonos pastel que parecen pinceladas en el cielo.
Se les puede observar mejor durante los crepúsculos, ya que en este momento la luz solar incide por debajo de las nubes y no por encima, un requerimiento esencial para que las nubes estratosféricas polares se pinten de color arcoíris.
Existen al menos dos tipos de nubes arcoíris, mientras que las de tipo II son exclusivamente nacaradas por su composición simple de cristales de hielo, también existen nubes estratosféricas polares del tipo I cuya composición es mucho más compleja, pero son más fáciles de encontrar que las tipo II.
Las PSC I son de alguna forma, una belleza tóxica, pues están formadas por agua, ácido nítrico y ácido sulfúrico. En ese sentido, son una fuente de agotamiento de ozono, debido a que dentro de ellas se llevan a cabo reacciones químicas que favorecen la producción de cloro activo, que es conocido por destruir el ozono de la atmósfera. Estas nubes tienden a ser iridiscentes dependiendo del ángulo de incidencia del sol, pero no son nacaradas, característica que únicamente las tipo II presentan.
Las PSC II por su parte, son más simples pues únicamente tienen cristales de hielo en su interior. Millones de cristales de hielo suspendidos a gran altitud, son los que hacen que la luz solar se descomponga en los colores del arcoíris, y a diferencia de las tipo I, estas nubes arcoíris sí que se alcanzan a ver con texturas nacaradas.
Es muy extraño ver nubes arcoíris del tipo II, pese a que tienen la composición más simple, pero de vez en cuando las condiciones del frío se prestan para que aparezcan en el cielo. Se les ha visto en Finlandia, donde fueron capturadas por la fotógrafa Jónína Guðrún Óskarsdóttir, quien espera que su trabajo ayude a inspirar más sonrisas y despertar la conexión con las bellezas sublimes de la naturaleza.
ecoosfera.com