La etapa con llegada a Val di Zoldo está coronada por el campeón italiano Filippo Zana que cruzó la línea de meta de la etapa 18 del Giro d’Italia primero por delante de Thibaut Pinot.

El primer delicioso sabor de los Dolomitas

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Cuando uno se acerca por aquí, puede oler la historia, las grandes hazañas, los duelos y las batallas. Los Dolomitas son el sinónimo perfecto del ciclismo: el inmenso esfuerzo de los corredores inmerso en un escenario único, el que les consagrará vencedores o vencidos, pero que, vaya como vaya, les hará entrar en el corazón de la gente. Hoy, pues, subiendo hacia Coi y el Val di Zoldo, había un italiano contra un francés, como en el siglo pasado era fácil de ver. En efecto, allí estaban el vigente campeón italiano, Filippo Zana, con el Tricolore a la vista, y el francés más querido por los italianos (¡no es fácil!), Thibaut Pinot, el héroe trágico mejor representado por su famoso tatuaje de “sólo la victoria es bella”.

Por desgracia para él, al igual que ocurrió en Crans-Montana, el sprint ascendente recompensó a su rival, Zana, que se hizo así con su primera victoria en el Giro de Italia, así como con la primera desde que se hizo con el maillot tricolor hace un año. Si el espectáculo no faltó entre los corredores de delante, lo mismo puede decirse de lo que ocurrió detrás.

Lo dijimos, Primož Roglič no se lo iba a poner fácil a sus rivales tras las dificultades en el Monte Bondone, y al mismo tiempo la Maglia Rosa Geraint Thomas y João Almeida no se iban a conformar con los míseros 25 segundos que ganaron en la montaña trentina. Fue sólo la primera batalla, y hoy llegó la segunda. Si el martes Roglič se torció la boca, hoy fue el turno de Almeida, que se tambaleó en el ataque del esloveno subiendo hacia Coi pero, gracias también al precioso apoyo de Jay Vine, consiguió limitar bien los daños. Mañana, sin embargo, con Passo Campolongo, Passo Valparola, Passo Giau y Passo Tre Croci antes de las Tre Cime di Lavaredo, los Dolomitas podrían presentar una factura mucho más pesada.

Ni que decir tiene que la contrarreloj cuesta arriba del Monte Lussari es una incógnita para todos. Es difícil saber y entender quién ganará y quién perderá entre los tres mosqueteros que, al parecer, se jugarán la victoria en el Giro de Italia. Y así, la etapa de mañana se convierte en la última oportunidad para llegar a Lussari con algo más de certeza y evitar la ruleta rusa de la inédita subida a Friuli. Es ahora o nunca.

giroditalia.it