Como ciclista que mira a la general, puedes perder el Tour de Francia en una etapa como ésta. Hay que estar atento. Por suerte, mi equipo ha estado genial y me ha llevado bien colocado hasta el final. Cuando hemos entrado en los últimos tres kilómetros, me he podido concentrar simplemente en ir saltando de rueda en rueda hasta llegar a meta. Estoy muy agradecido a mi equipo por su gran trabajo. Me siento bien, y preparado para lo que viene: por eso esta sonrisa en la cara. La etapa de mañana puede ser traicionera. Voy a tratar de mantener el maillot amarillo, porque a mi hija Frida le encantan los leones que me dan con ellos. ¡Tengo que conseguirle todos los que pueda!
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