Mónaco.- La brisa marina alivia el calor extremo que estos días abrasa la ciudad de Mónaco; allí se quedan los veraneantes, los coches deportivos y yates de lujo, mientras un barco cargado de “líderes” se adentra en el Mediterráneo: son algunos de los perfiles dispuestos a “curar el planeta”, reunidos en Mónaco a principios de julio para participar en una suerte de “academia de talento” de la acción climática.

Ninguno de ellos supera los 35 años -alguno ni siquiera llega a los 30-, pero ya acumulan decenas de premios, han sido entrevistados en la prensa, han incidido en la legislación de su país o lideran una empresa con fines sociales y medioambientales. 

Desde la proa del barco, un economista colombiano, una científica marina británica, una cineasta india, un ingeniero argentino y otros siete compañeros de diferentes especialidades y procedencias observan a los delfines que se acercan, juegan y se sumergen de nuevo en un santuario de cetáceos en el Mediterráneo, un mar que a muchos les era ajeno pero con el que llevan casi dos semanas familiarizándose.

Proyecto ‘Regeneration’

Los once elegidos para formar parte del proyecto ‘Regeneration’ con el que la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco quiere impulsar el talento joven en la acción climática han pasado la primera quincena de julio inmersos en talleres de inclusividad, oratoria, gestión de conflictos y otras capacidades relacionadas con el liderazgo.

En paralelo, disfrutan de actividades como el buceo o la visita al santuario de Pelagos, así como de clases magistrales con científicos miembros del IPCC -el grupo de especialistas climáticos de la ONU- o eventos con figuras como Marco Lambertini, el director internacional de WWF.

“No son adolescentes, ni estudiantes; hemos seleccionado a personas que ya son líderes, que han conseguido mucho y han llegado muy lejos”, aclaró el vicepresidente de la fundación, Oliver Wenden, en la presentación a los medios de esta iniciativa. 

“Somos increíblemente privilegiados”, reconoció una de los participantes; la estadounidense Victoria Herrmann, que dirige el proyecto de National Geographic ‘Preserving Legacies: A Future for Our Past’ para salvaguardar el patrimonio cultural frente a los impactos de la crisis climática. 

“No pensamos en la pérdida cultural que acarrea el cambio climático”, aseveró Herrmann, que tras entrevistar a más de 350 personas de comunidades costeras de EE.UU. comprobó que, además de dañar las infraestructuras críticas y edificios de los que dependían, la crisis climática había afectado sobre todo a “quiénes eran”.

La selección de los perfiles escogidos para el programa, que durará un año y podrá llevar a estos once “futuros líderes” a intervenir en espacios como la COP28 o al Foro de Davos, atendió a cuestiones geográficas, de género y de ámbito profesional. 

Varios de ellos son “exploradores” de National Geographic, como es el caso, por ejemplo, de Herrmann o de Gunjan Menon, una cineasta india afincada en Canadá cuyos documentales sobre conservación y la coexistencia de los humanos con la vida salvaje se han emitido en medios como Nat Geo Wild, Disney + o BBC Earth.

“Crecí en Nueva Delhi, una ciudad muy ajetreada de la India, y me he visto directamente afectada por el cambio climático y la contaminación atmosférica hasta el punto de que tuve que ser hospitalizada varias veces y eso tuvo un enorme impacto en mi salud mental y física”, confía Menon, de 30 años, en declaraciones a EFE.

Parte de su motivación para centrarse en los efectos de la crisis climática y en la biodiversidad viene de la “ecoansiedad” que ella misma sufre “pensando en lo que les pasa a los niños de la calle que no tienen adónde huir como hice yo”, recalca.

Pedro David Fernández, por su parte, viene de Argentina aunque vive en Berlín, donde trabaja en el ámbito académico y, al mismo tiempo, en una start-up que él mismo cofundó y con la que usa los datos y las soluciones basadas en la naturaleza para “aumentar la eficiencia productiva de los sistemas ganaderos”.

Preocupado por la transformación de los bosques de su tierra natal a causa de la agricultura y la ganadería, “un proceso que se aceleró muy rápido en las últimas dos décadas”, decidió volcarse en la agronomía y en la ciencia de los datos para hacer los sistemas alimentarios más sostenibles junto a quienes “saben manejar la tierra y los ecosistemas”, es decir, los agricultores y ganaderos.

“Tenemos que curar el planeta, tenemos que hacerlo mejor, tenemos que seguir produciendo alimentos y trabajar con quienes lo hacen, no contra ellos” , sentencia. EFEverde