El equipo de Nelson Abadía empezó la Copa Mundial femenina de la FIFA con una idea de hacer historia que no cedió ni un centímetro.
No se siente como una pose. No parece como una estrategia de comunicación, como si estuviera dictado por una manera de perfilarse al mundo. Se percibe más bien como algo verdadero. Una sensación que nace desde una creencia basada en mirarse de los pies a la cabeza, de observarse en los entrenamientos, de verse competir. Hecha de talento y fabricado de una manera especial de jugar al fútbol.
Desde que la Selección Colombia aterrizó a la Copa Mundial femenina de la FIFA 2023, le hizo saber al mundo que su misión en el torneo era claro: ganarlo. O competir para jugar los siete partidos, al menos. Ante Jamaica, el equipo consiguió su mayor clasificación en la historia del torneo (su mejor marca habían sido los octavos de final de la edición del 2015, ante Estados Unidos). No parece una casualidad.
Parece una obviedad, pero no es así. Primero, porque no todos los equipos se determinaron de la misma manera. La Selección argentina, de un ruedo similar en la CONMEBOL, mantuvo una postura más bien baja. Estefanía Banini, una de las jugadoras más talentosas del equipo de Germán Portanova, aclaró en una entrevista al diario La Nación que el equipo no iba a ganar el torneo.
Sin embargo, Colombia se perfiló de otra manera. «Sabíamos que el grupo, y el sentir del grupo, era hacer historia. Pero la historia no era solo ganarle a Alemania, Corea o Francia. La historia trasciende en la medida de los logros que uno consigue. El grupo está firme en conseguir logros que trascienden en la historia. Uno sabe que tenemos muy buenas jugadoras pero cuando se consiguen objetivos trascendentales se vuelven eternas», dijo Nelson Abadía a FIFA.
Hay algunos factores que diferencian a Colombia de Selecciones que se paran ante el campeonato con una ambición más escondida. Aunque solo tiene 18 años, cuenta con una estrella mundial como Linda Caicedo que, en un momento de inspiración, puede ganar un partido. Cuenta con varias jugadoras con roce internacional, como Leicy Santos (Atlético Madrid), Mayra Ramírez (Levante), Manuela Venegas (Real Sociedad) y varias otras que compiten en el fútbol de Brasil, probablemente el más fuerte de Sudamérica. A eso se le agrega la cuestión de la experiencia. Jugadoras como Catalina Usme y Daniela Montoya, capitana y subcapitana, respectivamente, parecen llevar al grupo de la mano de la coherencia y el buen liderazgo.
Por último, claro, el rendimiento del equipo: el debut ante República de Corea parecía un partido parejo entre dos equipos de fuerzas parecidas, pero en poco tiempo quedó claro que la jerarquía de la Tricolor era superior. Ante Alemania, una potencia, el conjunto de Abadía se paró de igual a igual, ganó, terminó en lo alto del grupo y terminó de formar definitivamente la idea de que el sueño de los siete partidos es más bien un objetivo concreto con una forma específica. En los cuartos de final, el equipo jugará con la idea de que ya no hay rivales a los que mirar desde abajo.
«El fútbol en nuestro país ha cambiado bastante. Al principio iba la familia y eso. Ahora la gente va a ver fútbol femenino. Para mí fue un logro aparte de lo deportivo y una de las razones por las que me quedé en Colombia fue por eso, porque quería ver al fútbol de mi país crecer», dijo Catalina Usme, de 33 años
Manuela Venegas, autora del segundo gol ante Alemania, de cabeza, lo dejó en claro tras uno de los grandes partidos de su vida: «Yo lo comentaba en el encuentro pasado, Alemania es potencia mundial, es una realidad, pero Colombia viene dando pasos muy grandes y Colombia es potencia mundial».
Linda Caicedo, figura del Real Madrid y una de las mejores jugadoras en lo que va del torneo, parece ser la bandera de ese concepto. Atrás de ella van los condimentos de la Selección Colombia: un entrenador que la protege, unas líderes que buscan ayudarla a que disfrute, unas compañeras que siempre esperan algo distinto de ella. Desde su inocencia, es una de las que más repite que Colombia tiene una ambición verdadera, un vuelo en busca de un objetivo que se llama ‘gloria’ y no se anda con medias tintas.
Así lo describe Caicedo: «Colombia está para grandes cosas, realmente es un paso a paso, queremos ser campeonas».
Ni bien terminó el partido ante Jamaica, Catalina Usme se plantó ante las cámaras y no dudó. Una vez más. «Este equipo puede ir por mucho más».
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