La victoria 3:1 de Uruguay a Chile en el Estadio Centenario exhibió una noche de máxima alegría y de fútbol a pleno por la primera fecha de las Eliminatorias sudamericanas.  La nueva era celeste, con el entrenador argentino Marcelo Bielsa, impuso la tendencia ofensiva, –a pesar del tiempo mínimo de preparación- sostenida, antes y después de la diferencia que marcó el desarrollo del partido.  

Los golazos de Nicolás De La Cruz, de extraordinaria actuación -impactante en las dos  facetas desde la recuperación al juego directo-, el primero de los dos que convirtió, y el de Federico Valverde, ambos en el primer tiempo, reflejaron la clase de los volantes, jugando de primera. La ambición se sostuvo después de la ventaja y la búsqueda, intensa, se acentuó antes  del tercer gol, el segundo de Nicolás De La Cruz luego de otra fulminante llegada con Darwin Núñez, a pura potencia, y el pase preciso de Valverde. Los mediocampistas, junto a Manuel Ugarte, derrocharon todos los recursos técnicos, cargados de dinámica.

 La figura táctica 4-1-4-1 fue apenas un dato ante la evidente superioridad.  La velocidad como premisa  y la circulación de la pelota, reafirmaron la apuesta aún en el tramo donde el rival se refugió y alejó  a la selección de su arco. Sin embargo, semejante clase individual al servicio del equipo, derrochó el repertorio de virtudes.

De La Cruz, además de la exquisita definición en el 1:0,  presionó y asistió como en un pase extraordinario a Darwin Núñez. El volante deslumbró y expuso su calidad como en la jugada que abrió el encuentro cuando dejó  pasar la pelota que envió Maximiliano Araujo-en posición atacante-  y recibió en velocidad de Núñez para dejar su sello en la red. Y luego, también intervino en el golazo, el segundo de Federico Valverde.

La Celeste se sacó de encima a Chile con alta intensidad. En zona defensiva, recién se expuso sobre el final luego de los minutos de Arturo Vidal y de la pelota que sorprendió a Rochet en el gol.

El renovado equipo desde el fondo no se confirmó con la ventaja y fue por más. Atacó con el vértigo de Facundo Pellistri y la gran potencia de Darwin Núñez. La conexión de los atacantes rondó más de una vez el gol. .Entonces, en el Centenario con un entorno atípico por Eliminatorias, debido a los precios de las entradas por las “nubes”, Uruguay se llenó de sonrisas por semejante alegría en su primer paso anhelado camino al mundial 2026.

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