Ginebra, 16 de septiembre de 2023. Cuando se ha superado la mitad del plazo fijado para poner en práctica la Agenda 2030, la ciencia envía un mensaje claro: el planeta está muy lejos de alcanzar sus objetivos climáticos. Según un nuevo informe interinstitucional coordinado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), esta situación socava las iniciativas mundiales encaminadas a combatir el hambre, la pobreza y los problemas de salud, mejorar el acceso al agua limpia y la energía no contaminante, y abordar muchos otros aspectos del desarrollo sostenible.
Solo se está avanzando adecuadamente con respecto al 15 % de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), según se explica en el informe United in Science (Unidos en la ciencia), en el que se analizan de forma sistemática las repercusiones del cambio climático y de los fenómenos meteorológicos extremos en los ODS. En la publicación se exponen las contribuciones de las ciencias meteorológicas, climáticas e hidrológicas a la consecución de objetivos como la seguridad alimentaria e hídrica, la energía no contaminante, la mejora de la salud, la sostenibilidad de los océanos y la resiliencia de las ciudades.
El informe, de carácter anual, combina aportaciones y conocimientos de 18 organizaciones. Su publicación tiene lugar antes de la celebración de la Cumbre sobre los ODS y la Cumbre sobre la Ambición Climática en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
«El año 2023 nos ha demostrado con total claridad que el cambio climático ya está aquí. Temperaturas sin precedentes abrasan la tierra y calientan el mar, al mismo tiempo que los fenómenos meteorológicos extremos causan estragos en todo el planeta. Y aunque sabemos que esto es solo el principio, la respuesta mundial es claramente insuficiente. Mientras tanto, a medio camino de la fecha límite de 2030 en la que deberían alcanzarse los ODS, el mundo está lamentablemente mal encaminado», afirma el Secretario General de las Naciones Unidas, señor António Guterres.
«La ciencia es fundamental para hallar soluciones. Es bien sabido que las ciencias meteorológicas, climáticas e hidrológicas son la base de la acción climática. Sin embargo, el modo en que estas ciencias pueden ayudar a realizar grandes avances en la consecución de los ODS en todos los ámbitos no goza de tanto reconocimiento», escribe el señor Guterres en el prólogo.
«En este momento crucial de la historia, en el ecuador del período fijado para lograr los ODS, la comunidad científica trabaja unida en aras de la prosperidad de las personas y el planeta», afirma el Secretario General de la OMM, profesor Petteri Taalas.
«Avances científicos y tecnológicos revolucionarios, como la modelización climática de alta resolución, la inteligencia artificial y la predicción inmediata, pueden impulsar la transformación que permitirá alcanzar los ODS. Además, lograr que las alertas tempranas protejan a toda la población de aquí a 2027 no solo salvará vidas y medios de subsistencia, sino que también contribuirá a salvaguardar el desarrollo sostenible», comenta.
En el informe se muestra, por ejemplo, el modo en que las predicciones meteorológicas ayudan a impulsar la producción alimentaria y nos acercan al hambre cero. La integración de la epidemiología y la información climática ayuda a comprender y prever las enfermedades sensibles al clima. Y los sistemas de alerta temprana contribuyen a reducir la pobreza al dar a la gente la oportunidad de prepararse y limitar el impacto.
Nunca antes se habían necesitado con tanta urgencia conocimientos científicos y soluciones.
Entre 1970 y 2021, se notificaron casi 12.000 desastres debidos a fenómenos meteorológicos, climáticos e hidrológicos extremos, que causaron más de 2 millones de víctimas mortales y 4,3 billones de dólares de los Estados Unidos en pérdidas económicas. Más del 90 % de las muertes y del 60 % de las pérdidas económicas notificadas se produjeron en economías en desarrollo y socavaron el desarrollo sostenible.
El aumento de las temperaturas mundiales ha ido acompañado de un aumento de las condiciones meteorológicas extremas. Hay una probabilidad del 66 % de que, al menos en uno de los próximos cinco años, la temperatura media mundial anual cerca de la superficie supere transitoriamente en más de 1,5 °C los niveles preindustriales, y esa probabilidad aumenta con el paso del tiempo.
Hasta ahora, hemos visto avances muy limitados en la reducción de la disparidad en las emisiones para 2030, esto es, la diferencia entre las reducciones de las emisiones prometidas por los países y las reducciones de las emisiones necesarias para alcanzar el objetivo de temperatura establecido en el Acuerdo de París. Las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) fruto de la quema de combustibles fósiles aumentaron un 1 % en todo el mundo en 2022 con respecto a 2021, y las estimaciones preliminares para el período comprendido entre enero y junio de 2023 indican un nuevo incremento del 0,3 %.
Para encarrilar la situación y estar en condiciones de cumplir los objetivos del Acuerdo de París de mantener el calentamiento muy por debajo de 2 °C y, preferiblemente, limitarlo a 1,5 °C, las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero deben reducirse en un 30 % y un 45 %, respectivamente, de aquí a 2030, y las emisiones de CO2 deben acercarse al cero neto en 2050. Para ello deberán aplicarse rápidamente y a gran escala transformaciones sistémicas.
Algunos de los cambios que experimentará el clima son inevitables, y puede que irreversibles, pero cada fracción de grado y cada tonelada de CO₂ es importante para limitar el calentamiento global y alcanzar los ODS, según se explica en el informe.
«La ciencia sigue evidenciando que no estamos haciendo lo suficiente para reducir las emisiones y cumplir los objetivos del Acuerdo de París: mientras el mundo se prepara para el primer balance mundial en el 28º período de sesiones de la Conferencia de las Partes (COP 28) en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), debemos ser más ambiciosos y activos, y todos debemos trabajar de verdad para transformar nuestras economías a través de una transición justa hacia un futuro sostenible para las personas y el planeta», dijo Inger Andersen, Directora Ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
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