DETROIT – Un grande del béisbol dijo adiós el domingo en el Comerica Park.
El último día en la carrera profesional del Miguel Cabrera empezó de la misma manera que los dos anteriores, con varias sorpresas preparadas por los Tigres, para honrar la trayectoria del venezolano.
Luego de entonarse las notas del himno de Venezuela – cantado en parte por los cientos de venezolanos presentes en el estadio – cada uno de los 41,135 aficionados que llenaron el Comerica Park por segundo día consecutivo levantaron una cartulina que había en sus asientos, para formar un mosaico a lo largo de todas las gradas que leía “Gracias Miggy”, el logo de los Tigres, y las cifras de ‘3,000’, ‘500’ – en referencia a la cantidad de hits y jonrones que empalmó el venezolano a lo largo de sus 21 años de carrera – y el número ’24’ de su uniforme.
Y antes del inicio del encuentro contra los Guardianes, el cañonero de los Tigres recibió los pitcheos ceremoniales de tres de sus hijos, quienes presentaron a su papá en los parlantes del estadio a la hora de su primer turno al bate.
“Ellos fueron un gran soporte durante toda mi carrera”, señaló Cabrera, mencionando que todo lo ocurrido fue una sorpresa para él. “Estoy agradecido con la familia que tengo y ese momento va a estar en mi recuerdo el resto de mi vida. Agradecido de poder estar con ellos en esta gran ciudad”.
Cabrera se ponchó tirándole en sus primeras dos veces al bate, luego falló con un rodado a la intermedia y finalmente negoció boleto en el último turno de su carrera, en lo que terminó siendo un triunfo 5-2 de los Tigres sobre los Guardianes.
“En su primer turno, se volteó y absorbió el momento”, comentó el manager de los Tigres, A.J. Hinch. “Él no hace eso, él siempre está muy enfocado en los turnos, pero cuando volteó, tuvo un momento emocional. [Luego con] la reacción de los aficionados, cuando salió solo a la inicial. Fue increíble”.
El venezolano confesó que nunca había sentido algo así durante un turno al bate, mencionando que parecía que la visión se le nublaba cada vez que venía un pitcheo.
Cabrera presentado por última vez
“Fue un día que no voy a olvidar”, expresó Cabrera tras el juego. “No podía concentrarme. No tenía un plan [de juego], lo único que quería era pescar un pitcheo e intentar sacarla del parque, pero no funcionó. Tenía de 3-0, ese boleto me hizo el día”.
En el inicio del octavo inning, Cabrera saltó al terreno solo para cubrir la inicial por primera vez desde el 2021. Steven Kwan bateó un rodado hacia su dirección. El oriundo de Maracay recogió la pelota y corrió a pisar la primera base para sacar el out; siendo ese el último momento de su carrera como profesional
“Estoy contento de poder decir adiós y muy feliz de poder sacar un out en primera”, continuó el cañonero. “Tenía años que no pisaba la primera base. Y bueno, todavía las manos están buenas”.
El manager A.J. Hinch salió junto a los tres hijos de Cabrera para sustituir al venezolano, poniéndole punto final a una de las mejores carreras que se haya visto en el béisbol profesional.
“Sorprendimos a Miggy cuando lo hicimos salir solo al terreno”, mencionó Hinch, “y eso es algo muy difícil de hacer. Fue una experiencia asombrosa. Fue otro de los ‘Momentos de Miggy’. Es increíble lo que puede generar el béisbol”.
Cabrera confesó también sentirse cautivado por la cantidad de aficionados venezolanos presentes en el estadio, mencionando que sintió el apoyo de su gente desde el primer momento que pisó un terreno de béisbol.
“Gracias”, dijo en dirección a los aficionados venezolanos. “Pero un ‘gracias’ no es suficiente, ante todo el cariño que recibí durante toda mi carrera. [Estoy] muy emocionado. Gracias por el soporte. Estoy contento”.
Tras colgar los ganchos por última vez, el venezolano se despide con con 3,174 hits (17mo puesto en la historia), 511 cuadrangulares (25to), 627 dobles (13ro) y 1,881 empujadas (13ro) junto una línea de promedios de .306/.382/.518 y un OPS de .900. Además, es uno de apenas ocho jugadores en la historia en haber conectado al menos 500 jonrones y 3,000 imparables.
Además, el maracayero termina con dos Premios Jugador Más Valioso, 12 convocatorias al Juego de Estrellas, siete Bates de Plata, cuatro títulos de bateo. Además, ganó la Triple Corona en el 2012 y alzó el título de Serie Mundial con los Marlins en el 2003.
Y ahora, ¿qué queda para el venezolano?
“Mañana me toca llevar a los niños a la escuela. Es difícil. Tengo una vida normal ahora”, culminó entre risas.
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