El aumento del uso de combustibles fósiles es incompatible con la limitación del calentamiento global de 1,5 °C.

La agencia de medioambiente especifica de que esta proyección tiene lugar a pesar de que 151 gobiernos nacionales se han comprometido a alcanzar emisiones netas cero y de que las últimas previsiones sugieren que la demanda mundial de carbón, petróleo y gas alcanzará su punto máximo esta década.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMApublicó este miércoles un informe que revela que los gobiernos tienen previsto producir en 2030 alrededor de un 110% más de combustibles fósiles de lo que sería compatible con la limitación del calentamiento a 1,5 ºC, y un 69% más de lo que sería compatible con 2 ºC. 

Elaborado por el Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo (SEI), Análisis Climático, E3G, el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible y el PNUMA, el informe sobre La Brecha de Producción 2023 evalúa la producción planificada y prevista de carbón, petróleo y gas de los gobiernos en comparación con los niveles mundiales coherentes con el objetivo de temperatura del Acuerdo de París.

El PNUMA especifica de que esta proyección tiene lugar a pesar de que 151 gobiernos nacionales se han comprometido a alcanzar emisiones netas cero y de que las últimas previsiones sugieren que la demanda mundial de carbón, petróleo y gas alcanzará su punto máximo esta década.

En conjunto, los planes de los gobiernos conducirían a un aumento de la producción mundial de carbón hasta 2030, y de la producción mundial de petróleo y gas al menos hasta 2050, creando con el tiempo una brecha cada vez mayor en la producción de combustibles fósiles.  

Ante estas previsiones, el Secretario General declaró este miércoles que “los líderes deben actuar ahora para salvar a la humanidad de los peores efectos del caos climático y aprovechar los extraordinarios beneficios de las energías renovables. Esto significa acabar con nuestra adicción a los combustibles fósiles reduciendo la oferta y la demanda y acelerando la revolución de las energías renovables, como parte de una transición justa”. 

“Los países deben eliminar progresivamente el carbón, para 2030 en los países de la OCDE y para 2040 en el resto. Y el G20 debe tomar la iniciativa de poner fin a la concesión de licencias y a la financiación de nuevos yacimientos de petróleo y gas”, añadió António Guterres.

Las emisiones de CO2, en máximos históricos

La agencia de medioambiente enfatizó que julio de 2023 fue el mes más caluroso jamás registrado, y muy probablemente el más caluroso de los últimos 120.000 años, según los científicos. 

Además, en todo el mundo, olas de calor, sequías, incendios forestales, tormentas e inundaciones están costando vidas y medios de subsistencia. Las emisiones mundiales de dióxido de carbono, casi el 90% de las cuales proceden de combustibles fósiles, alcanzaron máximos históricos en 2021 y 2022, señaló el PNUMA.

«Los planes de los gobiernos para ampliar la producción de combustibles fósiles están socavando la transición energética necesaria para lograr emisiones netas cero, poniendo en entredicho el futuro de la humanidad», afirmó la directora ejecutiva de la agencia. 

Inger Andersen añadió que «a partir de la COP28, los países deben unirse en torno a una eliminación gradual, controlada y equitativa del carbón, el petróleo y el gas, para aliviar las turbulencias que se avecinan y beneficiar a todos los habitantes del planeta».

«Alimentar las economías con energía limpia y eficiente es la única manera de acabar con la pobreza energética y reducir las emisiones al mismo tiempo», concluyó.

Colombia y México entre los principales productores 

El informe sobre la brecha de producción 2023 presenta perfiles ampliados de 20 de los principales países productores de combustibles fósiles: Alemania, Arabia Saudí, Australia, Brasil, Canadá, China, Colombia, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos de América, Federación Rusa, India, Indonesia, Kazajstán, Kuwait, México, Nigeria, Noruega, Qatar, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y Sudáfrica. 

Estos perfiles muestran que la mayoría de estos gobiernos siguen prestando un importante apoyo político y financiero a la producción de combustibles fósiles.

«Descubrimos que muchos gobiernos promueven el gas fósil como combustible esencial de ‘transición’, pero sin planes aparentes para abandonarlo más adelante», afirma uno de los autores principales del informe y científico del SEI, Ploy Achakulwisut.

«Sin embargo, la ciencia dice que debemos empezar a reducir la producción y el uso mundial de carbón, petróleo y gas ahora, junto con la ampliación de las energías limpias, la reducción de las emisiones de metano de todas las fuentes y otras acciones climáticas, para mantener vivo el objetivo de 1,5 ºC», añadió.

Rumbo a la COP28

A pesar de ser la causa fundamental de la crisis climática, los combustibles fósiles han permanecido en gran medida ausentes de las negociaciones internacionales sobre el clima hasta los últimos años. 

En la COP26, celebrada a finales de 2021, los gobiernos se comprometieron a acelerar los esfuerzos «para la reducción gradual de la energía del carbón generada sin medidas de mitigación y la eliminación gradual de los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles», aunque no acordaron abordar la producción de todos los combustibles fósiles.

En este contexto, otro de los autores del informe y director del SEI en Estados Unidos declaró que «la COP28 podría ser el momento crucial en el que los gobiernos se comprometan por fin a eliminar progresivamente todos los combustibles fósiles y reconozcan el papel que deben desempeñar los productores para facilitar una transición gestionada y equitativa».

«Los gobiernos con mayor capacidad para abandonar la producción de combustibles fósiles tienen la mayor responsabilidad de hacerlo, al tiempo que proporcionan financiación y apoyo para ayudar a otros países a hacer lo mismo», añadió Michael Lazarus.

Conclusiones

El informe concluye que, dados los riesgos e incertidumbres de la captura y almacenamiento de carbono y la eliminación de dióxido de carbono, los países deberían aspirar a una eliminación casi total de la producción y uso de carbón para 2040, y a una reducción combinada de la producción y uso de petróleo y gas en tres cuartas partes para 2050 respecto a los niveles de 2020, como mínimo.

Aunque 17 de los 20 países presentados se han comprometido a lograr emisiones netas cero, y muchos han puesto en marcha iniciativas para reducir las emisiones de las actividades de producción de combustibles fósiles, ninguno se ha comprometido a reducir la producción de carbón, petróleo y gas en consonancia con la limitación del calentamiento a 1,5 °C.

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