Las montañas importan y la criósfera es fundamental es el mensaje desde las cumbres hasta los valles y el paisaje desértico de la COP28 en Dubai en el Día Internacional de las Montañas, un evento anual que se celebra el 11 de diciembre y que llama la atención sobre la importancia de nuestros ecosistemas montañosos para todo el planeta.
Un lago rodeado de montañas y árboles.
Concurso Calendario OMM 2024 – Niurma Sanchez
Las montañas albergan al 15% de la población mundial y albergan aproximadamente la mitad de los puntos críticos de biodiversidad del mundo. Proporcionan agua dulce a la mitad de la humanidad.
Desafortunadamente, el cambio climático representa una amenaza existencial para los glaciares de montaña. Esto fue el centro de atención en varios eventos de la conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP28.
«La criósfera es uno de los componentes más importantes de nuestro ciclo hidrológico, pero probablemente uno de los menos priorizados y supervisados. Los glaciares y las altas montañas (las torres de agua) se están derritiendo y derritiéndose rápidamente», afirmó la Secretaria General Adjunta de la OMM, Elena Manaenkova. La criósfera es el término que designa al agua congelada e incluye, entre otros, la nieve, el hielo (marino), los glaciares y el permfrost.
Aproximadamente 40 de los glaciares monitoreados por el Servicio Mundial de Monitoreo de Glaciares tienen observaciones a largo plazo y se utilizan para estimar el equilibrio de masa de los glaciares. Entre 2011 y 2020, la pérdida de glaciares fue casi el doble que la década anterior. En promedio, los glaciares medidos se adelgazaron aproximadamente 1 metro por año, según el informe sobre el estado del clima 2011-2020 de la OMM.
Países como Bután son carbono negativo, lo que significa que fijan más carbono de la atmósfera (principalmente almacenado en bosques y humedales) del que emiten. Sin embargo, está muy expuesta a los impactos del cambio climático, la disminución de la criosfera y los peligros relacionados, como inundaciones y deslizamientos.
Año de la preservación de los glaciares
Países como Tayikistán ilustran los desafíos que tenemos por delante. Es un país montañoso con vastos recursos hídricos, especialmente glaciares. En las últimas décadas, más de mil glaciares en Tayikistán han sido destruidos, dijeron oradores en un evento paralelo a la COP28.
Esto tiene importantes implicaciones para el desarrollo sostenible en una nación en la que alrededor del 80 por ciento de la producción agrícola proviene de tierras irrigadas y más del 98 por ciento de la electricidad del país es generada por plantas hidroeléctricas.
Los impactos de los cambios hidrológicos derivados del retroceso de los glaciares y el deshielo del permafrost se están acercando a un punto de no retorno.
Por lo tanto, Tayikistán es uno de los patrocinadores clave del Año Internacional de la Preservación de los Glaciares 2025, que también será coordinado por la OMM y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
La Dra. Manaenkova analizó cuáles son las lagunas a las que nos enfrentamos y qué es necesario hacer.
Existen lagunas importantes en la comprensión de la distribución y las características de las variables criosféricas, como la extensión del permafrost, los volúmenes de hielo de los glaciares, las tendencias del hielo marino, lacustre y fluvial, y la variación de la capa de nieve. A pesar de los avances de los satélites de observación de la Tierra, persisten grandes desafíos al abordar la nubosidad y el terreno accidentado y las observaciones terrestres que son muy costosas.
Al mismo tiempo, existen incertidumbres en las proyecciones debido a las limitaciones de los modelos actuales y la falta de observaciones locales. Nos falta una evaluación de riesgos integrada sobre los efectos del cambio de la criósfera en los peligros naturales, la infraestructura y los cambios en los ecosistemas, afirmó.
Las medidas de adaptación para las altas montañas son desafiantes, con brechas en la evaluación sistemática de sus costos-beneficios integrados y su efectividad a largo plazo.
« Todo esto necesita enfoques transdisciplinarios. Necesitamos: crear conciencia, mejorar la comprensión científica, promover la acción y fortalecer los marcos políticos. Necesitamos adaptación y mitigación del cambio climático para fortalecer la resiliencia y, por último, pero no menos importante, un apoyo financiero significativamente mayor», afirmó la Dra. Manaenkova.
wmo.int