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Ana Tuñas Matilla.- El ser humano es el responsable de la crisis climática y, al mismo tiempo, la única especie del planeta que puede frenarla, según Manos Unidas, que reclama a la comunidad internacional la adopción de decisiones vinculantes que obliguen a ejecutar esas acciones que ya se sabe que hacen falta para revertir el calentamiento global, como reducir las emisiones y el consumo.

El «maltrato» ejercido al planeta por una parte de la población tiene graves consecuencias para las comunidades menos responsables y, a su vez, más vulnerables. Para concienciar de esto y de que los humanos somos los únicos capaces de cambiar la situación, la ONG ha puesto en marcha una campaña bajo el lema «El efecto del ser humano».

El cambio climático conlleva injusticia climática porque «no todos contaminamos igual» y los efectos más graves del calentamiento los están sufriendo las comunidades más vulnerables y que, a su vez, menos han contribuido a esta crisis, ha dicho a EFEVerde María José Hernando, del departamento de Estudios de Manos Unidas.

«Nosotros trabajamos contra el hambre (…), un factor ahora íntimamente relacionado con la desigualdad climática», según Hernando, que, a modo de ejemplo, ha señalado que el incremento de los eventos extremos, como sequías, lluvias torrenciales o la subida del mar, provoca que muchas personas estén perdiendo sus medios de vida.

Ese aumento implica que hayan tenido que pasar de ejecutar proyectos de cooperación y desarrollo a implementar procesos de emergencia para ayudar a las comunidades víctimas de esos eventos extremos y con menos posibilidades de defenderse.

¿Estamos a tiempo? Sí, pero hay que «meterle urgencia»

Preguntada sobre si confía en que podamos revertir la situación, ha afirmado que sí porque «los científicos dicen que estamos a tiempo pero que hay que meterle urgencia» y eso requiere que la comunidad internacional adopte «decisiones vinculantes» que obliguen a tomar «en serio» las medidas que ya se sabe que hay que ejecutar.

Se sabe cuánto hay que reducir las emisiones para evitar superar los 1,5 o 2 grados de calentamiento a finales de siglo, pero la realidad es que «no lo estamos haciendo» pues las emisiones siguen subiendo.

En general, la sociedad no está preparada aún «para frenar» la crisis climática porque la gente tiende a pensar que «es muy difícil», pero hay cosas «muy sencillas» que todos podemos hacer, como reciclar, reutilizar y, sobre todo, reducir el consumo, que es lo que de verdad frenará el aumento desenfrenado de las emisiones.

«No se trata de dejar de consumir, se trata de rebajar el consumo contaminante de ciertos productos que, además, sabemos que son malos para la salud», como los alimentos ultraprocesados, ha aseverado.

Como consumidores, podemos exigir a las empresas maneras de producir y de distribuir más sostenibles. «Podemos hacerlo porque somos los que compramos y ellas quieren vender», ha subrayado antes de insistir en que «nuestro consumo afecta a poblaciones del planeta que no son responsables» de la crisis climática.

Y no hay que irse muy lejos para entenderlo pues ya pasa en España, donde, además, «si en 2050 no hemos variado el rumbo, si no cambiamos nuestros hábitos de consumo y producción, habrá un clima desértico como el de Marruecos». EFEVerde