¡Bernardo invita a otro billete de ida y vuelta a Wembley!

Un gol del portugués cuando el partido parecía abocado a la prórroga nos da el pase a nuestra segunda final consecutiva de la FA Cup. El Chelsea nos puso contra las cuerdas en algún tramo, pero Stefan Ortega Moreno nos mantuvo vivos.

“No podemos compadecernos por nosotros mismos. En el fútbol se pierden partidos. Hicimos nuestro mejor esfuerzo y no pudimos ganar”.

Con estas declaraciones en la previa del encuentro, Pep Guardiola pasaba página de la eliminación europea frente al Real Madrid. ¿Fue duro? Evidentemente, pero ya fue. A falta de un mes para terminar la temporada hay dos títulos más.

Para cerrar este episodio, nada mejor que unas semifinales en un escenario tan grandilocuente como Wembley. La entidad del rival no permitía dudas: un Chelsea que venía de ganar 6-0 en la Premier con un póker de goles de un enrachadísimo Cole Palmer.

Después de los 120 minutos en Champions, los dos cambios más evidentes llegaron en la portería y en la punta: Ortega Moreno, el guardián de la FA Cup, para dentro. También Julián Álvarez, ante la baja de Haaland.

Desde el primer momento, ya comprobamos que la igualdad sería la tónica imperante. Pese a que acumulábamos más posesión, el Chelsea, cuando recuperaba, rápidamente buscaba hacer daño con transiciones veloces buscando ensanchar bandas.

RITMO Y ALTERNATIVAS CONSTANTES

Hay que destacar que la primera clara fue nuestra. Llegó gracias a uno de esos pases que sólo existen en la mente de Kevin De Bruyne. El centrocampista sacó el pincel para romper la defensa Blue ante una diagonal de Foden. El de Stockport dribló a Petrović, pero se quedó sin ángulo para definir.

Aunque rozamos el gol en otra acción de Bernardo anulada por fuera de juego posicional del propio Foden, le llegó el turno al Chelsea de decir la suya.

En el minuto 29, Nicolas Jackson casi nos pone en serios apuros. Rompiendo el fuera de juego por estar en su propio campo, avanzó solo hasta Ortega Moreno, lo superó con un recorte, pero el rápido retroceso de Aké y Stones le negaron el espacio para definir.

El peligro no cesaba para los de Pochettino, que volvieron a acelerarnos las pulsaciones por medio de Cole Palmer antes del descanso. El habilidoso extremo se zafó de Rodri con un buen gesto técnico y definió buscando el palo largo. Ahí estaba Ortega Moreno, que se lució con una gran estirada.

ORTEGA MORENO SE LUCE; BERNARDO DESATA LA EUFORIA

Tras la pausa por el descanso, el City no se pudo quitar el susto del cuerpo en el arranque. Si existe un culpable de que el sobresalto no se convirtiera en algo más serio, pueden señalar a nuestro portero.

En una doble intervención muy muy meritoria, Stefan Ortega Moreno se puso la capa de superhéroe para negarle el gol a un Nicolas Jackson compró número para soñar con él. En la primera, le ganó el mano a mano, demostrando reflejos felinos. En la segunda, le sacó con el antebrazo un testarazo picado peligrosísimo.

Los de Guardiola se salvaron y empezaron a crecer desde la seguridad que transmitía el portero alemán, al que ya no le tocó sufrir más.

En el 53, Foden obligó a Petrović a intervenir con un disparo tras una buena jugada de un Grealish que siempre que aparecía activaba todas las alarmas del Chelsea.

Sin embargo, el de Birmingham fue sustituido por un Doku que pasó a liderar nuestro ataque en la última media hora, el tramo en el que mejor fútbol practicamos.

En una de sus primeras intervenciones, se fue por velocidad y técnica de su marca y el portero serbio del Chelsea tuvo que actuar. En la siguiente, el extremo habilitó a De Bruyne, al que poco le faltó para encontrar portería con un chut desde la frontal.

El Chelsea sufría por fin de verdad. El City apretaba los dientes ante la posibilidad de una prórroga, que evidentemente no le beneficiaba con la ya disputada este miércoles.

Fue Bernardo quien nos ahorró el sufrimiento. En el 84, otra vez Doku sembró el miedo, atrajo marcas y prolongó un pase por banda izquierda ante la llegada de KDB, cuyos centros siempre llevan veneno.

El belga, con poco espacio, fue capaz de sacarse de la chistera un pase muy certero. Petrović la rozó con el pie, lo que provocó que el esférico quedara bien manso, a punto de caramelo, para Bernardo Silva.

El portugués la enganchó con la zurda, rebotó en Cucurella y se fue para dentro. Grito de rabia. Efusividad del portugués en una celebración muy especial para él.

Pese a los ocho minutos de añadido, no llegamos a sufrir más.

De la mano, o mejor dicho, del pie de Bernardo nos compramos otro billete ida-vuelta para Wembley. La final de la FA Cup nos espera para una bella clausura a la altura de la temporada que nos estamos marcando.

mancity.com