Dependemos de la supervivencia de las abejas
Las abejas y otros polinizadores, como las mariposas, los murciélagos y los colibríes, están cada vez más amenazados por los efectos de la actividad humana.
La polinización es un proceso fundamental para la supervivencia de los ecosistemas, esencial para la producción y reproducción de muchos cultivos y plantas silvestres. Casi el 90 por ciento de las plantas con flores dependen de la polinización para reproducirse. Asimismo, el 75 por ciento de los cultivos alimentarios del mundo dependen en cierta medida de la polinización y el 35 de las tierras agrícolas mundiales. Los polinizadores no solo contribuyen directamente a la seguridad alimentaria, sino que además son indispensables para conservar la biodiversidad.
El objetivo principal es proteger a las abejas y a otros polinizadores para que puedan contribuir de forma significativa a resolver los problemas relacionados con el suministro de alimentos en el mundo y acabar con el hambre en los países en desarrollo.
Todas las personas dependemos de los polinizadores y por ese motivo, es crucial controlar su declive y detener la pérdida de biodiversidad.
Compromiso con las abejas de la mano con la juventud
La juventud juega un papel decisivo en la lucha contra los problemas a los que se enfrentan las abejas y otros polinizadores. Por ese motivo, el Día Mundial de las Abejas de 2024 se centra en el tema “Compromiso con las abejas, de la mano con la juventud”, que destaca la importancia de implicar a los jóvenes en la apicultura y los esfuerzos de conservación de los polinizadores, ya que ellos son los guardianes del futuro nuestro medio ambiente.
La campaña de este año tiene la finalidad de concienciar a los jóvenes y a otras partes interesadas sobre el papel esencial de las abejas y otros polinizadores en la agricultura, el equilibrio ecológico y la preservación de la biodiversidad. Al involucrarlos en actividades apícolas, iniciativas educativas y esfuerzos de promoción, lograremos inspirar a una nueva generación de líderes medioambientales y capacitarlos para que puedan influir positivamente en el mundo.
El fomento de sistemas agrícolas más variados y la reducción de la dependencia de productos químicos tóxicos pueden facilitar una mayor polinización. Este enfoque puede permitir aumentar la cantidad de alimentos y mejorar su calidad, y beneficiar así tanto a las poblaciones humanas como al ecosistema.
Necesitamos actuar ya
Las abejas corren el peligro de extinguirse. Las tasas actuales de extinción de especies son de cien a mil veces más altas de lo normal debido a las repercusiones humanas. Casi el 35 por ciento de los polinizadores invertebrados —en particular las abejas y las mariposas—, y alrededor del diecisiete por ciento de los polinizadores vertebrados —como los murciélagos— están en peligro de extinción en todo el mundo. Sin embargo, la población de polinizadores —en especial abejas y mariposas— ha disminuido de manera preocupante, debido principalmente a prácticas agrícolas intensivas, cambios en el uso de la tierra, plaguicidas (incluidos los insecticidas neonicotinoides), especies exóticas invasoras, enfermedades, plagas y el cambio climático.L os agricultores y los responsables de las políticas tienen un papel decisivo en la protección de nuestros polinizadores. Pero todos podemos poner nuestro granito de arena.
Si esta tendencia continúa, algunos cultivos nutritivos —como frutas, frutos secos y muchas hortalizas— serán sustituidos cada vez más por los cultivos básicos como el arroz, el maíz y la patata, lo que podría desembocar finalmente en una dieta desequilibrada.
Los insectos invasores, los pesticidas, los cambios en el uso de las tierras y los monocultivos pueden reducir los nutrientes disponibles y suponer una amenaza para las colonias de abejas.
un.org