La iniciativa Un país, un producto prioritario de la FAO apoya a los apicultores y productores de miel de Rwanda y Viet Nam

Patrick Uwingabire comenzó a aprender sobre apicultura cuando solo tenía 11 años. En su aldea de Huye, en la provincia Sur de Rwanda, su tío y su abuelo le enseñaron todo lo que sabían sobre la construcción de colmenas y el cuidado de esas importantes criaturas que son las abejas.

La apicultura le ofreció un porvenir cuando su familia no pudo pagar sus tasas escolares. “No me fue posible ir a la escuela. No estaba a nuestro alcance. Así que las abejas y la miel se convirtieron en mi medio de vida”, explica este hombre de 39 años.

En la actualidad, Patrick lidera una cooperativa de 15 apicultores en Huye, llamada Koperative Abavumvu b’ Umwuga ba Huye (KOPAHU), que se beneficia de un proyecto financiado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) destinado a modernizar el sector apícola de Rwanda.

Una parte esencial del proyecto consistió en sustituir las colmenas convencionales por 35 estructuras rectangulares contemporáneas. Estas colmenas modernas facilitan la inspección y la recolección de la miel, lo que potencia la producción y duplica o triplica los ingresos de los apicultores.

Patrick y sus compañeros apicultores también adquirieron nuevas habilidades sobre manejo de colmenares, seguimiento de las colmenas, control de enfermedades y plagas de las abejas, comercialización de los productos y medios para garantizar una mejor calidad y rastreabilidad desde la colmena hasta el cliente.

“Antes de la capacitación de la FAO, no sabíamos cómo cuidar las abejas”, dice Patrick. “Yo solía recolectar entre 800 y 900 kilos de miel al año, pero hoy puedo sacar más de dos toneladas”.

La cooperativa también adquirió varias máquinas para el filtrado de la miel, que sus miembros, como la mayoría de los 120 000 apicultores de Rwanda, no habían utilizado antes. La FAO está abordando activamente esta carencia mediante capacitación en metodologías y equipos modernos, habiendo capacitado ya a 9 000 apicultores rwandeses.

“Nos impresionó la eficiencia de la nueva tecnología, y también el aumento de la producción”, comenta Patrick. “Pude construir una casa en una parte de un terreno que compré con los ingresos de la miel. Mantengo a mi familia y puedo pagar las tasas escolares de mis hijos”.

Una parte esencial del proyecto de la FAO en Rwanda consistió en sustituir las colmenas convencionales por colmenas rectangulares modernas que facilitan la recolección de la miel, lo que potencia la producción y duplica o triplica los ingresos de los apicultores. © FAO/Olivier Mugwiza

Siguiendo una trayectoria similar, aunque en una región remota al otro lado del mundo, está Nguyen Van Son, un apicultor que vive en las montañas de Viet Nam. Aunque no se conocen, él y Patrick comparten un espíritu común de innovación. Son, un hombre jovial de cabello plateado y rostro juvenil, cuida sus colmenas en medio del verde paisaje tropical de la zona montañosa del norte de Viet Nam.

En palabras de este apicultor experimentado con 40 años de experiencia: “La apicultura aporta ingresos estables a mi familia. Proporciona beneficios económicos a mi familia y productos de la miel a mi comunidad”.

Algo que también comparten Patrick y Son es que sus respectivos países participan activamente en la iniciativa de la FAO Un país, un producto prioritario (UPUP) con la miel designada como producto elegido.

Esta iniciativa se dedica a mejorar toda la cadena de valor del producto elegido por un país, al cual se atribuye un considerable potencial. En este caso, la FAO presta apoyo para mejorar los métodos de producción y elaboración de la miel y aumentar al máximo los beneficios para los agricultores y otras partes de la cadena de suministro.

En el marco de la iniciativa UPUP, la FAO defiende prácticas ambientalmente sostenibles destinadas a reducir la dependencia con respecto a productos químicos nocivos y a labrar un ecosistema que mantenga la armonía. Paralelamente, los programas de sensibilización de las comunidades alientan a quienes viven cerca de los colmenares a apreciar la importancia de las abejas y la polinización y disuaden de exterminarlas como plagas dañinas.  

En Viet Nam, la iniciativa está ayudando a los productores de miel, como Nguyen Van Son, a exportar sus productos a todo el mundo. El clima y la abundancia de flores silvestres y frutas tropicales del país permiten a la abeja melífera asiática producir miel con un sabor afrutado único. © FAO/Nguyen Duc Toan

El clima de Viet Nam y su abundancia de flores silvestres y frutas tropicales como el longán (pariente del litchi) lo convierten en un escenario ideal para que la abeja melífera asiática produzca miel con un sabor excepcionalmente ligero y afrutado. Uno de los principales objetivos de la iniciativa UPUP en Viet Nam es ayudar al país a ampliar los mercados de exportación de miel a nivel mundial.

Ante la participación activa de Viet Nam en la iniciativa, Son está “entusiasmado de que la miel vietnamita sea elegida como producto prioritario para la exportación. Queremos desarrollar aún más la apicultura para promover la miel vietnamita en el mundo”.

Desde que comenzó esta iniciativa de la FAO en septiembre de 2021, más de 85 países de todo el mundo se han comprometido a promover 54 productos agrícolas.

Además de Rwanda y Viet Nam, también Benin y Chile eligieron la miel como producto prioritario, y la FAO puso en marcha programas similares de capacitación y apoyo para reforzar sus sectores apícolas, lo que permite a los productores promover la miel y los productos derivados de ella en los mercados regionales y mundiales. 

fao.org