El discurso de odio es: “cualquier tipo de comunicación verbal, escrita o conductual, que ataca o utiliza un lenguaje peyorativo o discriminatorio con referencia a una persona o grupo sobre la base de quiénes son, su religión o etnia».

El poder de la juventud para contrarrestar y combatir el discurso del odio

Empoderar a los jóvenes para combatir el discurso del odio es crucial para el mundo actual en que vivimos. No solo son el blanco, sino también voces influyentes en sus comunidades. Con 1.200 millones de jóvenes en todo el mundo, su papel a la hora de reconocer, concienciar y contrarrestar las narrativas de odio no puede subestimarse. Como iguales, tienen una gran influencia sobre los demás y pueden provocar un cambio significativo si denuncian el discurso del odio..

Si involucramos a los líderes juveniles y les proporcionamos los recursos y plataformas que necesitan, podemos aprovechar su energía y creatividad para fomentar sociedades más inclusivas y tolerantes. El impacto de los discursos de odio afecta a numerosas áreas de interés de las Naciones Unidas, desde la protección de los derechos humanos y la prevención de atrocidades hasta el mantenimiento de la paz, el logro de la igualdad de género y el apoyo a los niños y los jóvenes.

La tercera celebración del Día Internacional contra el Discurso de Odio sirve para recordar la necesidad de combatirlo. Coincide con el quinto aniversario del lanzamiento de la Estrategia y Plan de Acción de las Naciones Unidas para la lucha contra el Discurso.

Tanto en las redes sociales como fuera de ellas, la juventud encabeza la lucha contra la incitación al odio. Sus enfoques innovadores y su predisposición a enfrentarse a cuestiones difíciles los convierten en inestimables agentes del cambio.

Discurso del odio: invertir la tendencia

El efecto devastador del odio no es, por desgracia, nada nuevo. Sin embargo, su escala e impacto se ven amplificados hoy en día por las nuevas tecnologías de la comunicación, hasta el punto de que el discurso del odio se ha convertido en uno de los métodos más frecuentes para difundir retóricas e ideologías divisorias a escala global. Si no se controla, el discurso del odio puede incluso perjudicar la paz y el desarrollo, ya que sienta las bases de conflictos y tensiones, y de violaciones de los derechos humanos a gran escala.

Las Naciones Unidas tienen un largo historial de movilización del mundo contra el odio de todo tipo para defender los derechos humanos y hacer avanzar el Estado de derecho. El impacto de la incitación al odio afecta a numerosas áreas de interés de la ONU, desde la protección de los derechos humanos y la prevención de atrocidades hasta el mantenimiento de la paz, la consecución de la igualdad de género y el apoyo a la infancia y la juventud.

En respuesta a las tendencias alarmantes de aumento de la xenofobia, racismo e intolerancia, misoginia violenta, antisemitismo y odio a los musulmanes en todo el mundo, el Secretario General de la ONU, António Guterres presentó la Estrategia y Plan de Acción de las Naciones Unidas para la lucha contra el Discurso de Odio el 18 de junio de 2019.

El Plan de Acción define el discurso del odio como «cualquier tipo de comunicación ya sea oral o escrita, —o también comportamiento— , que ataca o utiliza un lenguaje peyorativo o discriminatorio en referencia a una persona o grupo en función de lo que son, en otras palabras, basándose en su religión, etnia, nacionalidad, raza, color, ascendencia, género u otras formas de identidad».

Sin embargo, hasta la fecha no existe una definición universal de discurso de odio de acuerdo con el derecho internacional en materia de derechos humanos. El concepto sigue siendo objeto de debate, especialmente en relación con la libertad de opinión y expresión, la no discriminación y la igualdad.

La proliferación del contenido de odio en línea puede parecer una marea imparable, pero los gobiernos, la sociedad civil y los individuos están empleando estrategias para combatirla.

Antecedentes

En julio de 2021, la Asamblea General de la ONU mostró su preocupación sobre “la propagación y proliferación exponenciales del discurso de odio” en todo el mundo y adoptó una resolución para “promover el diálogo y la tolerancia interreligiosos e interculturales para contrarrestarlo”.

La resolución reconoce la necesidad de acabar con las retóricas discriminatorias y xenófobas y llama a todos los actores relevantes, incluidos los Estados, a aumentar sus esfuerzos para abordar este fenómeno, de conformidad con el derecho internacional de los derechos humanos.

La resolución proclamó el 18 de junio como Día Para Contrarrestar el Discurso de Odio, el cual se conmemorará por primera vez en 2022 a través de una reunión informal de alto nivel el lunes 20 de junio (10 a. m., hora de Nueva York) en la sede de las Naciones Unidas.

A lo largo de esta jornada, las Naciones Unidas invitan a los gobiernos, las organizaciones internacionales, la sociedad civil y las personas a realizar eventos e iniciativas que promuevan estrategias para identificar, abordar y contrarrestar el discurso de odio.

Ya sea como Estados miembros, sector privado, medios de comunicación, empresas tecnológicas, líderes religiosos, educadores, sociedad civil, afectados por el discurso de odio, jóvenes o simplemente individuos, todos tenemos el deber moral de denunciar con firmeza los casos del discurso de odio, así como jugar un papel crucial en la lucha contra este flagelo.

¿Por qué combatir el discurso del odio?

Dado que la propagación de la retórica del odio puede ser una señal de advertencia previa a la violencia —incluidos los crímenes atroces—, atajar el discurso de odio podría contribuir a mitigar su impacto.

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