Autoridades y comunidad protegen los Farallones de Cali como un  santuario natural
  • El Parque Nacional Natural Farallones de Cali se ha convertido en un ejemplo de cooperación entre autoridades y comunidades locales. Los acuerdos consolidados permiten que las familias de la zona participen en su conservación a cambio de beneficios y estímulos.
     
  • La geo-formación del parque es responsable, en parte, de los patrones climáticos que influyen en el territorio de Cali.

Santiago de Cali, 19 de septiembre de 2024

En el corazón de la región andina, el Parque Nacional Natural Los Farallones emerge como un ícono de biodiversidad y un recurso indispensable para la vida cotidiana de los caleños. Con una extensión de 13 mil hectáreas en Cali y una influencia que se extiende a Jamundí, Dagua y Buenaventura, este escenario es esencial para el abastecimiento de agua de la ciudad, al albergar más de 110 nacimientos y 40 quebradas que abastecen  aproximadamente a 700 mil caleños, beneficiados con la planta de tratamiento ubicada en San Antonio.

Gustavo Adolfo Rodríguez, profesional de Monitoreo de Parques Nacionales, destacó la relevancia hídrica de los Farallones. “El parque juega un papel crucial en la recarga de las sub-cuencas de los ríos Pichindé y Felidia que vierten al río Cali. También nacen los ríos Pance y Meléndez. Todos son vitales para el abastecimiento de agua potable en Cali y en áreas circundantes”, precisó el biólogo.

Añadió que el parque garantiza el suministro de agua y también desempeña una función reguladora del clima. De ahí que se realice un trabajo continuo con la comunidad, que se ha convertido en aliada estratégica.

“Su formación montañosa contribuye a los vientos que se sienten en zonas como San Fernando y el oeste de Cali. La geo-formación de los Farallones es responsable, en parte, de los patrones climáticos que influyen en nuestro territorio y, por eso, se le da el máximo monitoreo para evitar que las presiones alteren sustancialmente la razón de ser del territorio protegido”, añadió Rodríguez.

Además de su función ecológica, este parque se ha convertido en un ejemplo de cooperación entre autoridades y comunidades locales. Los acuerdos consolidados permiten que las familias de la zona participen en su conservación a cambio de beneficios y estímulos, como los Pagos por Servicios Ambientales (PSA).

Mauricio José Mira Pontón, director del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente (Dagma), resaltó la importancia de estos beneficios. “Hemos destinado más de 3.000 millones de pesos para los PSA, que son fundamentales en la preservación del área y apoyando a las comunidades locales”, puntualizó.

Para la muestra, un acuerdo de cooperación

En la parte alta de Los Andes, sector de Pueblo Nuevo, se hizo un acuerdo de cooperación comunitaria. Las 38 familias asentadas en ese espacio se encargan de supervisar que no haya presiones humanas y ayudan a reforestar, cuidar y hacer un uso sostenible del terreno. “Cuando se debe hacer alguna transformación, Parques Nacionales verifica la necesidad y nos otorgan el permiso respectivo”, precisó Tarciso Benavidez, habitante de la zona.

Además, el parque es un ejemplo de cómo la normativa puede colaborar con la conservación. Se apoya el ecoturismo y se controla el impacto de actividades como la minería. “La colaboración entre el Dagma, la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC) y Parques Nacionales, es clave para la protección; cada uno desde su campo de acción”, subrayó Gustavo Adolfo Rodríguez.

Este escenario es un santuario de biodiversidad y un recurso vital en la estabilidad hídrica y climática de Cali; de ahí que su protección y conservación sean esenciales. Y ello se acompaña de un uso sostenible por parte de la comunidad local, que aprovecha para hacer ecoturismo o salvaguardar la zona.

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