El equipo de Antonio Conte ha ganado su cuarto Scudetto gracias a la victoria contra el Cagliari en la última jornada de la temporada. ¡Repasemos las etapas de este increíble logro!
Tras la victoria en casa contra el Cagliari, el equipo de Antonio Conte se aseguró matemáticamente el Scudetto en la recta final. Es el cuarto título en la historia del Napoli, el segundo en tres temporadas. Este logro tiene el sello de la era Maradona, pero también señales de una nueva era.

Tras una temporada difícil, con la peor actuación de la historia de un vigente campeón, el Napoli cambió de aires en verano y fichó a Antonio Conte. Con él llegaron las ideas, la disciplina y la ambición. Buongiorno, Spinazzola y Marín llegaron para reforzar la defensa, mientras que Gilmour sustituyó a Zielinski en el centro del campo. En ataque, con la marcha de Osimhen, el exjugador del Benfica, David Neres aportó su imprevisibilidad al equipo. La columna vertebral del grupo se mantuvo, un equipo que demostró ser capaz de ganar un sensacional Scudetto bajo la dirección de Luciano Spalleti tan solo dos años antes.

La temporada no tuvo el mejor comienzo, con la contundente derrota de los Partenopei en Verona por 3-0. Fue una alarma que despertó al equipo y al resto del club. La reacción fue inmediata: al siguiente partido, el Nápoles venció al Bolonia en el Maradona y, en las últimas horas del mercado de fichajes, se aseguró dos fichajes importantes de la Premier League: Romelu Lukaku y Scott McTominay. El delantero belga, jugador de confianza de Conte desde hace tiempo, marcó en su debut y aseguró el gol de la victoria contra el Parma, que fue superado por completo en el tiempo añadido.

A partir de ese momento, el Nápoles avanzó. El equipo venció al Cagliari por 4-0 y luego consiguió un valioso empate sin goles a domicilio contra la Juventus. Mientras tanto, Conte lideraba una revolución táctica, con la objeción de utilizar los componentes clave de los nuevos fichajes: una defensa de cuatro, tres en el mediocampo con McTominay entrando tarde al área, Kvara y Politano como extremos invertidos. La nueva formación funcionó: el Nápoles se adelantó en la liga tras seis partidos y logró cinco victorias consecutivas contra el Monza, el Como, el Empoli, el Lecce y el AC Milan.

A principios de noviembre, el Nápoles tropezó en casa contra el Atalanta, pero no perdió el rumbo. En la siguiente jornada, empató 1-1 con el Inter en el San Siro. Tras dos ajustadas victorias contra la Roma y el Torino y una derrota en casa contra la Lazio, los Azzurri cedieron momentáneamente el liderato a la Fiorentina y el Atalanta. A partir de diciembre, el equipo de Conte se recuperó y logró siete victorias consecutivas, convirtiéndose en el campeón de invierno.

Durante el mercado de invierno de enero, Kvaratskhelia se despidió y se marchó al PSG. Fue sustituido por Okafor y Neres, este último con mayor regularidad, mientras que el danés Billing llegó procedente del Bournemouth. Estaba destinado a ser una pieza clave. Sin embargo, febrero fue el mes más difícil: tres derrotas consecutivas y la derrota ante el Como le costaron el primer puesto, cediéndoselo al Inter. Pero una vez más, en el momento más difícil, el Nápoles encontró la manera de remontar. En el gran partido disputado en el Maradona contra los nerazzurri, el gol de Billing en los últimos minutos aseguró el empate 1-1.

El ambiente cambió y el Nápoles se mostró más fuerte que nunca. A las victorias en casa contra la Fiorentina y el AC Milan les siguieron empates a domicilio contra el Venecia y el Bolonia, mientras el Nápoles seguía en una lucha cuerpo a cuerpo con el Inter. Las cuatro victorias consecutivas que siguieron, decisivas en la recta final, coincidieron con un bajón de forma del Inter, que cedió puntos ante el Bolonia y la Roma. El Nápoles se adelantó, pero dos empates consecutivos —el primero en el Maradona contra el Génova, tras remontar dos veces, y el segundo a domicilio contra el Parma— estremecieron a la afición azzurra. El Inter no logró capitalizar: en San Siro, contra la Lazio, los nerazzurri tropezaron en un final de infarto, dejando a sus rivales del sur en control de su propio destino.

El veredicto llegó en la última jornada. En un festivo Estadio Maradona con entradas agotadas, el Nápoles no se equivocó y derrotó a un Cagliari ya asegurado, coronándose campeón de Italia. Una celebración multitudinaria. Una ciudad entera estalló de alegría, la gente ondeó con orgullo la bandera tricolor una vez más.

El Nápoles ganó el Scudetto, su segundo en la era moderna, y reescribió la historia. Antonio Conte se convirtió en el primer entrenador en ganar el Scudetto con tres clubes diferentes: Juventus, Inter y ahora el Nápoles.

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