Restaurar la tierra, generar oportunidades
Más de la mitad del PIB mundial depende de la naturaleza, por lo que una tierra sana está en la base de economías prósperas.
Sin embargo, este capital natural se agota a un ritmo alarmante: cada año, un área del tamaño de Egipto se degrada, lo que provoca la pérdida de biodiversidad, aumenta el riesgo de sequía y desplaza a comunidades. Las repercusiones son globales: desde el aumento de los precios de los alimentos hasta la inestabilidad y la migración. Nos encontramos ante uno de los retos medioambientales más acuciantes de nuestro tiempo considerando que el 40% de la superficie terrestre está degradada.
A medida que el Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas 2021-2030 llega a su ecuador, es crucial redoblar los esfuerzos para restaurar tierras a escala planetaria. Si las tendencias actuales se mantienen, será necesario restaurar 1.500 millones de hectáreas e invertir 1 billón de dólares para 2030 si queremos contrarrestar la degradación de tierras.
Bajo el lema «Restaurar la tierra. Liberar las oportunidades«, la conmemoración de 2025 arroja luz sobre cómo la restauración de la base de la naturaleza – la tierra – puede crear empleos, impulsar la seguridad alimentaria y hídrica, apoyar la acción climática y crear resiliencia económica.
Ahora es el momento de convertir la ambición en acción.
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