La bicicleta está viviendo una nueva primavera como alternativa para los medios de transporte basados en motores de combustión interna. La contaminación es un problema, por no hablar del sinsentido que supone, para algunos escenarios de movilidad, tener que mover 2.000 Kg de coche para transportar 80 Kg de pasajero. Pero las bicicletas no siempre son vehículos óptimos, especialmente cuando la orografía es complicada o se padecen patologías incompatibles con un esfuerzo físico intenso.

Las bicis eléctricas no son nuevas, y se presentan como una propuesta adecuada para reducir el esfuerzo necesario para pedalear. Lo que sí es una novedad es el uso de células de combustible (fuel cells) para generar energía eléctrica a partir de Hidrógeno, en vez de usar baterías convencionales. Dos compañías implicadas en la industria de las «fuel cells» han mostrado recientemente sendas bicicletas propulsadas por Hidrógeno: Alpha y Linde H2.

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Las células de combustible se llevan proponiendo como almacenamiento de energía en motos y bicicletas desde hace años. Burgman ya tenía un modelo en 2011, y en China había prototipos de bicis propulsadas por Hídrógeno en 2007. En el caso de los coches, ya hay vehículos comerciales que usan células de combustible, aunque no necesariamente a partir de Hidrógeno. El Metanol también se usa como fuente de energía, por ejemplo.

Lo que distingue a las bicicletas Alpha de la empresa francesa Pragma Industries y Linde H2 de la empresa alemana Linde Group, es que llegan en un momento mucho más receptivo para la adopción de este tipo de fuentes de energía. De momento son prototipos, aunque funcionales y seguros, con una filosofía similar. Alpha está construida por una empresa experta en el diseño y fabricación de «fuel cells» y Linde H2 por una empresa especializada en la distribución y despliegue de puntos de carga de Hidrógeno.

Sobre los detalles técnicos, de la Alpha no hay excesiva información más allá de la capacidad de 600 Wh. De la Linde sí, con 25 Km/h de velocidad máxima, algo más de 23 Kg de peso, cuadro de aluminio, cubiertas de 26» o cambio Shimano Deore M610, con una capacidad de 1.000 Wh para el depósito de H2. En ambos casos, la innovación viene de la mano de la fuente de energía más que de la parte mecánica.

Las células de combustible empleadas son de tipo PEMFC (Proton Exchange Membrane Fuel Cell o de membrana de intercambio protónico). Su funcionamiento es similar en ambos casos: un depósito almacena el Hidrógeno (H2) que alimenta a una célula de combustible. La célula de combustible recibe el Hidrógeno (H2) que entra en contacto con un ánodo, donde un catalizador de Paladio o Platino hace que se separe en forma de protones (H+) y electrones. Los protones pasan a través del electrolito hacia el cátodo, mientras que los electrones pasan hacia el cátodo a través de un circuito alternativo convirtiéndose en la energía eléctrica que moverá el motor. En el cátodo, en contacto con el aire, el oxígeno se recombina con los protones y los electrones fara formar moléculas de agua (H2O) y generar calor.

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