Esta vez su entrada en el campo fue una apuesta arriesgada de Simeone. Faltaba un cuarto de hora y el técnico le dio entrada a él en vez de a Torres. Se la jugó el entrenador rojiblanco sin un delantero puro, con Jackson ya fuera del terreno de juego , y también con el Levante ya estirándose y aumentando las pulsaciones de la grada, que veía que se escapaba a los suyos la posibilidad de alcanzar el liderato en solitario. Entró Thomas y se acabaron los amagos ofensivos del Levante. No solo le dio el gol de la victoria a los suyos. También les dio el equilibrio que habían perdido con la salida de Koke para que entrara Carrasco. Su primera acción fue una señal de que estaba dispuesto a cambiar el partido.

Acertó para darle un liderato a su equipo que se sustenta en una solidez defensiva que le permite liderar la tabla con solo ocho goles en contra y solo dos goles de sus delanteros centros. Es raro, pero es fútbol y el 1-0 suma de tres en tres como cualquier goleada.