Greenpeace ha augurado hoy un agravamiento del problema de los refugiados climáticos en el mundo y ha lamentado que el derecho internacional no reconozca todavía esta figura de protección, pese a estar recogida expresamente por la ONU.
El responsable de la campaña de cambio climático y energía de Greenpeace, Mariano González, ha asegurado hoy a EFE que los 25 millones de seres humanos obligados a desplazarse de sus zonas de origen por causas medioambientales seguirán creciendo en el 2016 y rozarán los 200 millones en 2050.
“En la medida en que no se frene el calentamiento global del planeta y ello se traduzca en alteraciones climáticas, la cifra de refugiados climáticos va a ir subiendo”, con la dificultad añadida de probar que efectivamente lo son.
“Aunque el tema de los refugiados sirios no se deba a este problema, previamente hubo una sequía muy fuerte en el país que hizo que mucha población rural tuviera que huir hacia las ciudades”, ha recordado González.De cumplirse las previsiones de los científicos acerca del aumento de la subida del nivel del mar por el cambio climático, se podría ver afectada un 25 % de la población mundial, ya que vive a menos de 25 metros de la línea costera.
“En ese caso, ha subrayado el portavoz de Greenpeace, una cantidad enorme de personas tendría que marcharse de sus casas”.
El concepto de “refugiado climático” ha empezado a ser introducido por las Naciones Unidas, “pero después no se recoge en el derecho internacional como una de las causas” que dan acceso a ese estatuto de protección.
De ser aceptado, los Estados tendrían que darles cobijo
De ser aceptado, implicaría la obligación de los Estados a darles cobijo y auxiliarles, “algo que la comunidad internacional no quiere, sabiendo además que la situación va a empeorar”.
“Viendo lo que está pasando con los refugiados sirios que han sido empujados por una guerra fuera de sus fronteras… la situación de estas personas es muy complicada de probar”.
Según González, la política de la avestruz que está aplicando la comunidad internacional es la responsable de que el acuerdo de cambio climático aprobado este mes en París no mencione expresamente el término de refugiado climático y, por contra, opte por hablar de derechos humanos.
El acuerdo de París “no quiso darle ese rango de importancia, que las organizaciones no gubernamentales ecologistas y sociales sí veíamos claro: el vínculo del calentamiento global no solo con los impactos en los ecosistemas sino con los estragos humanos”. EFE