Siempre que Kaká mira una foto de la Gala de la FIFA de 2007, no puede evitar la sonria. No sólo porque aquella velada en Zúrich simboliza la cúspide de la carrera del brasileño, sino también por la identidad de los otros dos finalistas a los que venció para coronarse Jugador Mundial de la FIFA ese año: Lionel Messi y Cristiano Ronaldo.
Nadie podía predecir por entonces que el argentino y el portugués pasarían a repartirse el máximo galardón futbolístico individual los siete años siguientes, con la posibilidad de sumar un octavo el próximo 11 de enero, en la ceremonia del FIFA Ballon d’Or 2015.
“Siempre habían ido rotando los ganadores: Ronaldo y Zidane lo ganaron 3 veces, pero siempre había algún otro jugador; nombres como Figo, Ronaldinho, yo mismo, Rivaldo, Cannavaro… Después vino esta sucesión de Cristiano y Messi, sólo ellos dos… y es justo, por lo que vienen haciendo año tras año”, analiza el centrocampista de 33 años del Orlando City.
La edición de 2015 será, además, la primera vez en que un jugador brasileño (Neymar) figura entre los tres candidatos finales desde que el propio Kaká triunfó en 2007; una sequía considerable para un país que ha producido tantos destinatarios de premios individuales.
“Es difícil señalar una sola razón para esto, pero debe servir para poner sobre aviso al fútbol brasileño. Y la verdad sea dicha, no es tarea fácil forjar un ganador del Balón de Oro…”, afirma Kaká, cuyas esperanzas de ver a un compatriota emulando su logro individual recaen básicamente sobre los hombros de su compañero en la Seleção Neymar.
“Gracias a Dios, Neymar ha mejorado mucho desde que se fue a jugar a Europa; su juego es mucho más maduro. Ahora, que alcance el primer puesto es una cuestión de tiempo”, asegura.