El aire de Medellín está en niveles tan exagerados de contaminación, que hay momentos del día en los que ni siquiera se ve más allá de 500 metros. El fenómeno es tan complejo que los puntos de monitoreo de calidad del aire registran los 160 microgramos de PM2.5 de contaminación, superando en tres veces la media nacional, que es de 50 microgramos, y más de seis veces la media internacional recomendada por la Organización Mundial de la Salud -OMS-, que es de 25 micras.
La contaminación en las madrugadas es tan exagerada que entre las 6:00 a.m. y las 10:00 a.m., no se recomienda hacer deporte, pues practicarlo a esas horas va contra la salud del deportista, dado que el cuerpo se estaría inundando de partículas nocivas, según las mediciones que hace el Área Metropolitana del Valle Aburrá, nuestra autoridad ambiental, a través de la Universidad Nacional, la UPB y el Politécnico Jaime Isaza Cadavid.
Las PM2.5 son las más perjudiciales, en esas horas, y en grados extremos pueden llevar personas incluso a la muerte.
Combinación de factores
Sobre el aire de Medellín confluyen varios factores que exigen cuidados especiales: la concentración de partículas contaminantes, que genera el parque automotor, la industria y otros agentes el en Aburrá; la presencia de polvo de las arenas del Sahara, y el humo de los incendios forestales que se registran en distintas zonas del país y Venezuela, como lo prueba la Estación de Monitoreo de la Universidad Nacional seccional Medellín, uno de los pocos centros especializados del continente y único en el país.
La ciudad cuenta con un parque automotor que en 2005 era de 480.005 vehículos y que hoy supera el millón de vehículos, además de otra nube de fuentes contaminantes desde las empresas, queda probada una tendencia de crecimiento que no avizora, con las medidas actuales, una curva en descenso de la contaminación ambiental por ningún agujero.
La realidad es una sola: cada día habrá más vehículos. Y entre estos, las motos, que crecen a un ritmo incluso mayor que los mismos autos: estas pasaron de 139.000 en 2005 a 523.650 en 2014. La variación en el periodo analizado fue de 276,73%.
Si bien, para hacer frente al fenómeno contaminante, el Área Metropolitana determinó la sesión permanente del Consejo de Gestión del Riego y formuló diversas recomendaciones como dejar el carro en casa, utilizar el sistema integrado de transporte, no hacer deporte en las horas ya mencionadas y evitar que personas vulnerables como niños menores de cinco años y adultos mayores se expongan al ambiente, de no surtirse los efectos deseados, las medidas serán más extremas como la imposición de pico y placa, las 24 horas del día en todo el Valle de Aburrá, a partir de este miércoles 30 de marzo, afirmó el director del Área, Eugenio Prieto.
El pico y placa además incluirá a las motos de cuatro tiempos que estaban excluidas del mismo. “Lo que pasa es que aunque contaminan menos que las de dos tiempos, ya son tantas que están contaminando bastante el aire”, explicó Prieto.
Cómo se haría
Según Prieto, la primera semana sería en horarios pico, pero si la baja calidad del aire persiste, la medida regiría las 24 horas, a partir de la semana siguiente. Y se estudia si se aplicaría los sábados, “que ya son días de muy alto tráfico”, según Prieto Soto.
El problema es complejo. De hecho, datos de 2011 revelan que los padecimientos respiratorios y cardiovasculares asociados a contaminación del aire representan el 9,2 % del total de muertes en el área metropolitana.
Los vehículos y motos aportan el 80 % de la contaminación del aire. El resto lo aportan otras instancias, especialmente las fábricas e industrias, afirma Prieto Soto.
Pero a ese 80 %, los vehículos particulares y las motos aportan el 90 %. Los buses, taxis y camiones, aunque llevan carga contaminante, esta no es tan fuerte porque son una mínima proporción del total.
Valga decir: Del 1’077.861 vehículos que había registrados en Medellín al cierre de 2014, los taxis representan el 4 % del total; los buses el 2 %; y los camiones el 4 %. Las motos son el 49 % y los automóviles el 42 %.
Por Gustavo Ospina, elcolombiano.com