Siete millones de personas viven en zonas de riesgo sísmico en EEUU provocado por «la actividad humana», especialmente a consecuencia de la técnica de exploración petrolífera y gasífera conocida como fracturación hidráulica («fracking»), informó hoy el Servicio Geológico nacional (USGS).
Se trata del primer reporte del USGS que sitúa específicamente a “las actividades humanas” como vinculadas directamente con eventos sísmicos.
“Al incluir los eventos provocados por el ser humano (…) por inyección o extracción de fluidos, nuestra evaluación de los riesgos de terremoto han incrementado de manera significativa en zonas de EEUU”, aseguró Mark Petersen, jefe del proyecto de mapa de riesgo sísmico del USGS.
En concreto, apuntó a los estados de Oklahoma, Kansas, Texas, Colorado, Nuevo México y Arkansas como los que cuentan con mayores posibilidades de sufrir uno de estos eventos.
De ellos, Oklahoma y Texas son los que cuentan con mayor número de habitantes en las zonas de riesgo.
Los terremotos, uno de los riesgos en estas zonas
Petersen señaló que el estudio demuestra que “muchas más partes del país cuentan con significativas posibilidades de registrar uno de estos terremotos en el próximo año”, al añadirse a las zonas de riesgos naturales como California, que se asienta sobre la falla tectónica de San Andrés.
En 2010, Oklahoma registró tres terremotos superiores a la magnitud 3 en la escala de Richter, mientras que en 2015 registró 907.
En febrero, este estado del centro de EE.UU., y donde se concentra un gran número de pozos de “fracking”, sufrió el tercer sismo de mayor magnitud de su historia, de magnitud 5,1 en la escala Richter.
En todo EE.UU., entre 1973 y 2008, hubo una media de 24 terremotos de magnitud 3 o más por año; por su parte, entre 2009 y 2015, la media se situó en 318, apuntó el USGS.
Como consecuencia, a comienzos de este mes, la Oklahoma Corporation Commission (OCC) informó que a partir de ahora se exigirá reducir el volumen de inyecciones de aguas residuales un 40 % en 400 pozos del estado respecto a las cifras de 2015
El auge de la fracturación hidráulica se encuentra detrás del “boom” energético en EE.UU., cuya producción nacional se ha disparado en los últimos años gracias a esta técnica que permite el acceso a bolsas de petróleo y gas a las que anteriormente no era posible llegar.
Esta polémica técnica de extracción inyecta en el subsuelo una mezcla de agua y productos químicos a altas presiones para romper las rocas porosas que almacenan los combustibles y así liberarlos. EFE